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28-10-2016 CAYO FRANCISQUI Y EL PALAFITO DE ELIAS


28-10-2016  CAYO FRANCISQUI Y EL PALAFITO DE ELIAS

El Vitamina viene con curiosidad y todas las ganas de ver cayos, a nosotros poco nos cuesta sumamos y vamos con ellos a Francisqui.
En diferentes excursiones con los dinghys vemos más fauna, a resaltar unos peces loro de 5 o 6 kg y colores robados al arcoíris, no se asustan y en pocos minutos nos ganamos su confianza, aunque hay ocasiones que la confianza da asco, mas que nada porque se ponen a defecar a escasos palmos nuestro.
El coral que encontramos en menos de un metro de agua, alberga vida para aburrir y es precioso, pero de langostas nada de nada, decidimos ir  hacia la parte Este del Gran Roque, hay dos enormes islotes de roca y estamos seguros que habrán langostas. Después de varias inmersiones, Ignacio me hace señas, cuando llego a su encuentro me indica una cueva en el fondo, cuando meto la cabeza, la sorpresa es grande,  !!hay muchas langostas¡¡, pero hay un problemita de un metro y medio de longitud, un tiburón se ha erigido en guardian del gastronómico tesoro, Ignacio muy acostumbrado ni se inmuta,  un servidor prefiere  cambiar el menu instantáneamente y me decanto por un arroz con pollo,  ya llegara la langosta el día que su guardian deje de tener esa sonrisita tan maquiavélica.



BAÑO EN CAYO FRANCISQUI

De vuelta vemos que en el palafito esta Elias, por fin conoceremos al surfista que se niega abandonar su especial y envidiado hogar.








ELIAS DEBATIENDO CON IGNACIO LA COMPRA DE UNA TABLA

Increíble la calma y paz que se siente rodeado de estas aguas, si hay un lugar para dejar de comprar tecnologías, ver telediarios, y pertenecer al mundo del consumo, habéis acertado, este podría ser uno.
La especial luz que envuelve el palafito debería estar catalogada como terapia mental del mas allá para el encuentro con el otro yo.
El momento se hace breve y quedamos para futuras visitas, la envidia me la llevo empaquetada y envuelta en celofán, para que ni huela
Y durante el atardecer a bordo del Vitamina, comentamos los pormenores de esta desorientada Venezuela, en medio de la charla comenzamos a rascarnos como posesos, de pronto y sin que suene melodía alguna, estamos en la coreografía de un extraño baile. Cuando nos venimos a dar cuenta, el aire no es aire, son zancudos y de muy mala baba, nos ponen de picadas hasta en el pasaporte, una nube se ha colado en el catamarán y nos devoran sin compasión.
La falta de viento unido a las lagunas interiores de los cayos, provocan estas plagas de mosquitos que no tienen corazón, quiero pensar que en el caso que lo tuviesen, solamente seria para amar nuestra sangre.
Al dia siguiente optamos por prevenir el ataque, yo los espero vestido como para una boda, Nuria  se va en el dinghy al medio de la nada, y cuando llega la hora, las ropas que me puse no valen para nada, la traspasan como si llevaran taladros en el pico, a Nuria la acorralan en el dinghy y no sabe que hacer, sus gritos aun deben recorrer los márgenes del parque.
Acabamos un poco menos pinchados que el primer día, aun asi damos la batalla por perdida, nos mudamos de barrio, volvemos al G. Roque, allí la falta de manglares y la brisa ya son suficientes para que el aire vuelva a ser respirable.





28-10-2016       UN CAMBIO TAN INESPERADO COMO RADICAL



La idea de continuar otras dos semanas en Los Roques deja de ser y tener razón, problemas desde España, que no vienen a cuento relatar, hacen que comencemos a preparar el regreso a Saint Martin, mi mente deja de disfrutar este paraíso y hasta de ser un cerebro pensante, a partir de este día en el Golden se abren demasiadas incógnitas como para apuntar a una sola.
Hemos de hacer gasoil y después de 4 viajes a la zona de servicios, tenemos los 400 litros que necesitamos, el encargado de hidrocarburos, el sr. Martinez nos trata impecablemente y ayuda con el trasiego de los pesados bidones, gracias a su ayuda el arduo trabajo es un poco mas liviano y rápido.
El coste de los 400l. son 57 dólares, ojala hubiésemos tenido un barco cisterna.
A pocos días de la partida, al Vitamina se le avería el congelador, después de echarle un vistazo, la placa de control esta averiada y no hay posible solución, pasamos la semana consumiendo la comida que tenían congelada, una desgracia que al final se tornó en  satisfacción.
De nuevo mil gracias Ignacio y Susana, un placer compartir vuestros alimentos y sobre todo vuestra exquisita compañía.
El resto de la semana lo pasamos con la mente en cualquier lugar menos en donde nos encontramos.
El plan es partir el lunes, pero estamos como siempre, 430 millas no las quiero  hacer a motor y el clima pone orden en mis confusos pensamientos.
La única suerte que encontramos en este mal momento es que los pocos días de viento que da la previsión serán de SE, un regalo de Eolo, pues lo que habría de ser una dura ceñida, será un hermoso través, o eso queremos pensar.


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