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19-06-2013 EN BUSCA DE COMIDA

En busca de comida

El mercado del pescado nos quedaba muy cerca y armados de valor y dejando el olfato en el Golden, decidimos ir. Hasta allí llegaban los enormes cayucos que salen al océano, con un duro trabajo, descargan la pesca y después que los tratantes compren las mayorías de las capturas, (estos de mayoría canaria), el resto se vendía en la misma playa.




En cestos, en la misma arena y en las mejores ocasiones, dentro de cajas de poliuretano, se exponían las gambas, lenguados, sardinas, atunes, y un sin fin de especies que rodeados de las respectivas moscas eran vendidos.
Nosotros con esa expresión entre asco y asombro conseguimos arrimarnos al puesto de las gambas. Por 5 € compramos un kilo de considerable tamaño, con el cual comimos dos días, unas con arroz y el resto pasadas por la plancha, esto hizo valer el esfuerzo de aguantar aquellos pesados aromas.


Otro día mi amor se envalentono y quiso probar los “restaurantes” donde los nativos comían a diario. Una chabola mas que destartalada de unos cuatro metros cuadrados y una mesa con dos banquetas, componían el local. Al no entender el menú, nos invitan a pasar y ver los platos, ese momento de atravesar la puerta y ver aquella composición aun no lo olvidamos. Un hornillo de carbón en el suelo con una gran olla de aluminio encima, la cual poseía  una buena cenefa en su borde de las continuas cocidas, era manipulada por una mujer con un típico vestido africano, que cucharota en mano removía el espeso caldo. Allí asomaban cabezas y trozos de pescado. También en el suelo, rodeados de palanganas de plástico, se alojaban el arroz, las verduras y el pescado ya cocidos, entre lo oscuro, el humo y el “no se ni como denominarlo” olor,  aquello parecía la morada de una bruja preparando brebajes mágicos, pero para matar a cualquier humano.
Casi en la misma puerta una chica se ocupaba del lavavajillas, otra palangana de plástico y también en el suelo. Allí con un agua de varios ciclos de lavado encima, fregaba y aclaraba la vajilla y los cubiertos, por cierto el suelo era de tierra.
Después de la brutal olfato-visión, nos quedamos como paralizados en el tiempo, solo atine a decir, ¡amor yo quiero pescadito! ¿ y tu? , aunque tardo en responder, también se pidió su pescadito.
Desistimos de comer en la única mesa y les pedimos que nos lo llevaran al CVD. Allí a modo de merendero y debajo de unos árboles esperábamos ansiosos aquellos sabrosos platos. Nuestros estómagos se habían encogido de tal manera que ni la cervecita nos entraba, los dos menú costaban 1,5 €, demasiados baratos para tanta impresión. Los gatos del CVD nos agradecieron el regalo y comiendo un poco del picantísimo arroz dimos por finalizados los platos.
Aun asi a los pocos días, volvimos a probar en el “restaurante” de al lado. En esta ocasión nuestros oídos pusieron máxima conexión con el cerebro para entender el menú, evitando entrar y ver la elaboración. En vez de pescado era pollo, resulto un poco mas caro pero casi acabamos los platos, 4,5 € los dos menús.
Después de esto desistimos de abaratar nuestro presupuesto y continuar comiendo a bordo.
Otro día después de comer y sestear un ratito, decidimos bajar a tierra a comprar fruta y hortalizas, llevábamos unos días sin nada fresco y el cuerpo ya lo pedía.



Casi sin salir del club los acosadores vendedores ambulantes nos proporcionaron de todo, y lo que no tenían, sin problema al día siguiente te lo conseguían. El precio suponíamos que seria mas caro pero aun no estábamos adaptados para aquella locura y dábamos aquel servicio por bueno.
Si algo había que resaltar era la calidad de las hortalizas y las frutas, los mangos fruta nacional, merecían mención especial, exquisitos.




Otros servicios

En una ferretería logramos comprar cabo para reponer la driza del genova, sin ser náutico era la única opción disponible, por 22 euros, compramos 40 mts de 12 mm de diámetro.
Lo que si logramos fue reparar nuestro fueraborda, un mecánico del CVD, nos presupuesto 60€ por soldar y alinear el maltrecho eje-árbol, al que yo en un intento desesperado soldé a la brava con resultados nulos. Después de dos días teníamos propulsión para los desembarcos, algo genial. En España esta reparación ………… no me quiero imaginar.
El aprovisionamiento de agua lo hacíamos en el club, ellos si haces un gasto mas o menos diario no tienen problema. A nosotros nunca nos dijeron nada, y prácticamente cargábamos el consumo diario.
También tienen varadero hasta 16TN. El travelling un poco rústico, no parecía muy de fiar para veleros con quilla a partir de 12 mts. Y dentro de las instalaciones del club, también había servicio de reparación de velas, mecánica y pintura.



El transporte para el aprovisionamiento del barco
A la espera del pasavante para el Golden y zarpar de aquí aunque sea sin viento.


18-6-2013 LA BUROCRACIA DE SENEGAL

La burocracia de Dakar
A la mañana siguiente y con los ojos ya viendo toda la gama de colores, desde la cubierta, la orilla se presentaba exótica, la casas en la misma arena, las palmeras, y los imprescindibles cayucos, hacen que el lugar nos resulte extranjero.








Comenzamos a utilizar la barca-taxi, que tras pasar por los tres veleros con tripulantes a bordo, nos deja en el embarcadero.


Nada mas tocar tierra, toda una legión de vendedores se nos vienen encima,  (fruta,  souvenirs, ropa, gas butano, reparar el barco, y lo que se te pueda ocurrir), nos era ofrecido con tremenda simpatía. Después de un par de días de las mas variadas y simpáticas ofertas, la situación comenzó a ser agobiante.
La idea para hoy es ir a aduanas y hacer nuestra entrada y la del barco, para ello hemos de tomar un taxi, tarea fácil pues en la misma puerta del club hay una parada.
Los taxis no tienen contador y el precio se pacta antes, quedamos de acuerdo en 7500 frc.  unos 11 € que incluye ida y vuelta, la espera de los tramites y acercarnos a un banco a cambiar euros, estuvimos casi toda la mañana.
Nada mas salir a las calles el encontronazo es brutal, las calles son el centro de las mas diversas actividades, desde barbería, puestos de comida, de frutas, reparación de motos, secadero de pescado, manicura, venta de todo lo inimaginable y sobre todo una inmensa suciedad, esto sumado al descontrol en el trafico y sus humeantes vehículos nos tenia patidifusos. Nos daba la sensación de que el taxista en cualquier momento tendría un percance, y así fue,  acabo golpeando a una mujer mientras aparcaba, no fue nada grave, pero el susto nos lo llevamos, Nuria casi me arranca el brazo derecho de tanto apretón.
Conforme nos acercamos al centro todo parece que se va ordenando, aun asi la venta ambulante esta por todos lados, desde aquí se comprende mejor como estas gentes acaban vendiendo en nuestras ciudades. Nosotros nos preguntábamos, ¿si todo el mundo vendía, quien compraba?.
Tras pasar por un cajero y sacar dinero, llegamos a la policía para sellar los pasaportes. Nos dicen que volvamos dentro de una hora y media, que el jefe aun no ha llegado, eran las 10.30 de la mañana. Para hacernos comprender a que hora habíamos de volver uno de los agentes me coge la mano y con un bolígrafo me escribe las 12, todo un detalle informático, empezamos a descubrir Africa. Después de dar unas vueltas por los alrededores de la comisaría y con el olfato extrañando cada olor que le llegaba, nos atrevimos a entrar en un “bar”, dos cervezas para soportar el tremendo calor, casi pedimos un vaso para las entrañables moscas. Allí conocimos a una pareja de Barcelona que venían desde Guinea en busca de un camión que habían comprado en España, después de una entretenida charla con su aventura para importar el vehiculo, volvimos a la policía. El jefe había llegado, después de unas simpáticas cortesías en español, nos sellan los pasaportes y ya estamos legales en el país, ahora solo queda acudir a aduanas para que el Golden no sea un sin papeles.
Un corto recorrido con el taxi nos llevo hasta la puerta del muelle diez, justo en la entrada un edificio con aspecto de abandonado, que mas bien parecía destinado a guardar cartones, resulto ser aduanas.
En el despacho dos oficiales atendían una montaña y media de papeles, la informática se reducía a una televisión en conexión directa con La Meca, donde retransmiten las oraciones. En los techos las telarañas parecían cortinas de alcoba. Tras turnarse el único bolígrafo escondido tras un monte de documentación y rellenar el complejo informe, (una hojita con nuestros nombres y el del barco) ¡menudo trabajito le costo al hombre!, y el pago de 5000 fcr. (8€), El Golden tenia permiso para navegar en aguas senegalesas por un mes, tramite absurdo, pues al día siguiente debíamos ir a otro edificio en el centro a hacer la prorroga para seis meses, otra incongruencia dentro del absurdo, pues los pasaportes solo están para tres meses.
Tras dejar tan singular despacho el taxista nos espera al otro lado de la “avenida” , al cruza la medianera vemos como la acera esta convertida en un secadero de aletas de tiburón, el tremendo sol las secaba y el gasoil sobrante de la mala combustión de los vehiculo acababa de darles el toque final, desde luego sabor no les faltaría.
Seguimos sorprendiéndonos de estas costumbres tan extrañas como pestilentes.
Acogidos al servicio de la barca-taxi hemos de esperar que coincida el horario, una cervecita en el club nos alivia del sudor, por que por sudar hasta la voz sudaba.

A la espera de la birrita
Una vez a bordo, en cubierta ya se nota la presencia de las aves, sus bombas están esparcidas por toda la bañera, enseguida pusimos el “toldo” (una malla de las vallas de construcción) y por lo menos ya no caerían enteras. Aparte del guano y su aromita, cuando el viento viene de la zona de pescadores, el olor penetra la fibra del casco convirtiendo el salón en una pescadería sin nevera, madre mía ,madre mía.
Para acabarlo de arreglar el agua del mar esta tan jodidamente sucia que no nos atrevemos ni a tocarla, y menos lavar la cubierta. Apenas llevamos dos días y Dakar se nos esta atragantando de tal manera que solo el pensamiento de que serán unos días nos hace mas leve el d-olor,
Después de pasar por la aduana y ya tener toda la documentación entregada, nos hacen esperar una semana mas, aquello era un verdadero desastre, estuvimos a punto de irnos y volver cuando los papeles estuviesen listos, pero la distancia hasta el río que teníamos previsto recorrer eran casi 60 millas, demasiadas para hacerlas tres veces por una semana.

Conociendo Dakar

Resignados nos dedicamos a recorrer el barrio donde estábamos, la periferia de Dakar.
Aquellas estrechas y reviradas callejuelas de arena, repletas de cabras, ovejas, vacas,  niños, comercios y todo tipo de gentes nos dejaban pasmados.






Parecía que un poblado entero se había trasladado a la ciudad, llevando consigo sus más que enraizadas costumbres y mezclándolas con las de cualquier gran ciudad. De aquella mezcla solo cabía esperar un resultado, basura y mal olor por todos lados.







En la mayoría de comercios una foto del imán de turno y una radio con cánticos del Coran, hacían ver su orientación musulmana.
El sentido del olfato ponía gestos en nuestras expresiones que inútilmente lográbamos disimular, íbamos como visitantes de un planeta con emulsiones sulfúricas, los músculos que cierran la nariz acababan con agujetas al final de aquellas vueltecitas.


no direis que no disimulamos bien

Cada tres pasos podías hacer una foto sin que resultara monótono, solo el hecho de que la mayoría de la población fuese musulmana, nos privaba de realizarías. Sintiendo una cierta decepción por tal circunstancia y aun así disimulando, conseguimos hacer algunas interesantes instantáneas.



La calle que llamaban principal, era mas bien una carretera donde las calesas tiradas por burros y caballos, eran apartadas a base de bocinazos por camiones, minibuses, y todo tipo de vehículos que en una inmensa nube de humo circulaban. Nos llamaba la atención la cantidad de gentes caminando y cargados en todas direcciones. Andar por allí con mas de 30º nos resultaba de lo mas estresante, las aceras inexistentes era caminos de tierra donde toda clase de vertidos nos hacían invadir la calzada.




No había taxi libre que no te ofreciera llevarte, claro esta con estridentes pitidos. Los minibuses cargados hasta los parachoques de personas y mercancías,  con chicos que subidos en la parte trasera apoyados en estribos, se encargaban de avisar al conductor si alguien quería subir, estos tampoco perdían ocasión de hacernos señas para tomar aquel servicio.



Mañana operación "en busca de la comida perdida"

11-junio-2013 ADIOS MI ESPAÑA QUERIDA.....!!!!!

Martes 11 de junio de 2013

7 am. Sin apenas haber dormido, desayunamos y levamos ancla. Con rumbo 223º y apenas 10 nudos de NE sacamos genova y con 1500 rpm de motor nos vamos alejando a casi 6 nudos.


A las dos horas el viento ya es suficiente para dejar de consumir gasoil. Por popa miramos la silueta de la isla,  lentamente va quedando atrás, con ella sabemos que también quedaran los cortaditos de la mañana, el jamón, los embutidos, la seguridad social, los yogures, las pizzas, el periódico, Barcenas y cia., la independencia de Cataluña, los menús de dos platos con postre por 6 euros, Alonso y su Ferrari, y un sin fin de comodidades y seguridades que hasta ahora habíamos sabido y podido gozar.
Al mediodía, el viento ya estaba en los 20 nudos, las olas comenzaban a ser grandes y el Golden pasaba con facilidad los 6 nudos de velocidad.


Nos mirábamos sabiendo que aquellas condiciones en poco rato estarían como las que aquella noche nos asustaron. En ese momento me acorde de las palabras de Teclo y el muy muy  C…….., tenia razón, era lo normal por aquellas aguas. Navegábamos bien agarrados y esperando la noche. El miedo ya no era el mismo, si bien no acabábamos de ir cómodos y mucho menos disfrutando, sabíamos que el Golden aguantaba bien aquel tremendo traqueteo.



Los ruidos tampoco eran el estruendo que nos castigo durante horas, con el conocimiento que adquirimos, todos los armarios y sus contenidos iban aprisionados de tal manera que nada se movía. Las cuatro vibraciones molestas que se oían las fui trabando con trapos y botellas de plástico. Al final el sonido mas oído era el silbar del viento y el murmullo del agua contra el casco, amen del crujido de las maderas imposible de anular y que en cierto modo tenia su encanto.
Las guardias sin horario que acostumbramos a llevar, en esta ocasión eran simplemente un protocolo inútil, pues ninguno de los dos lográbamos pegar ojo, a las dos horas de tener la noche encima y cansados de recibir al alisio en el cogote, decidimos hacerlas en el salón, siendo la guardia el que tenia la obligación de salir a cubierta y mirar el horizonte.

Miércoles 12 de junio 2013

Al amanecer  el Atlántico parece querer mostrarse orgulloso de su tamaño, dejando al Golden pequeño y a nosotros insignificantes.



Agarrotados de ir agarrados sin descanso, comenzamos a maldecir la navegación con los alisios. Lo que mas rabia nos daba era que la tapa del inodoro nos diera palmaditas en la espalda como queriendo consolarnos. Después de todo el día casi sin probar bocado y sin saber muy bien porque, las olas bajaron a la mitad y la navegación se torno placentera. Por primera vez y a pesar de estar muy cansados estábamos disfrutando de la vela. Siendo capaces de comernos los primeros sándwich, a las 6 pm. habíamos recorrido 204 millas. La noche vuelve a poner la oscuridad sobre nosotros, el viento sube a 25nudos con rachas de 30, el Golden por momentos vuela a mas de ocho nudos,  las guardias siguen siendo a dos, somos incapaces de dormir. Durante toda la noche los mercantes aparecen por el horizonte y nuestra preocupación deja de ser el mar. Por la vhf contactamos con unos atuneros españoles y les preguntamos por el tiempo, nos dicen que todo bien y que la visibilidad esta reducida a unas cuatro millas, esto me hace pensar en los mercantes. Desde que los vemos aparecer por el horizonte hasta que nos cruzamos, apenas pasan 15 minutos, eran como fantasmas que en volandas cruzaban por babor y estribor.
Aquella noche quedo registrada como “la noche de los mercantes vivientes”.

Jueves 13 de junio 2013

Amanece con la mar muy agradable y solo 10 nudos de viento, el motor durante 3 horas nos ayuda a seguir con buenos promedios. A media mañana el alisio dice que quiere ayudarnos y se pone en 20 con rachas de 25 nudos, las olas comienzan a crecer pero esta vez se dibujan sin cruces del NW, increíblemente preciosas las condiciones. Las crestas se suceden, y por detrás siempre aparece una mas grande, parece que se quieren adelantar las unas a las otras, y cuando nos adelantan las aceleraciones por el surf son de barco de regatas, el Golden se vuelve ligero.

El grumete haciendo contrapeso
Orgulloso de haber estabilizado el Golden
Comenzamos a ser parte del océano y nuestras piernas y brazos ya consiguen llevar el ritmo de las olas. A las 2 pm hacemos 100 millas mas. Por la tarde, la cosa se complica, el viento rola al N y toda la acuarela de olas se desdibuja, dándonos empujones por ambas aletas. Por la noche el viento quiere que sepamos que las “acciones” que compramos tenían su riesgo y se pone en 30 nudos con rachas de 35. A mi no se me ocurre otra cosa que pensar en las preferentes.
El genova se va haciendo cada vez mas pequeño, y la velocidad apenas baja de 7 nudos. Las surfeadas parecen ser en agua con gas, las olas nos mueven a su antojo y todo el ritmo que habíamos conseguido llevar con el baile, se rompe en una locura de pasos cambiados con empujones por babor y estribor. Aun así, en aquellas condiciones lo que mas fácil resulta es navegar, todo lo demás es una lucha. Realizar las mas sencillas labores domésticas se convierte en una enconada lucha por mantener el equilibrio, es necesario utilizar las dos manos, los dos pies, las dos rodillas el final de la espalda y aun no consigues la estabilización necesaria. Hacerte un simple café con leche era un ejercicio de malabarismo con fuego incluido, en esos momentos echamos en falta alguno de los brazos que poseen los pulpos.
Las guardias continúan siendo sin dormir y en el salón, nos tumbamos pero no acabamos de perder la conciencia del todo.

Viernes 14 de junio 2013

Amanece nublado y la presión atmosférica ha bajado de 1024 a 1018mb. El océano esta muy crecido y el viento vuelve al NE y se mantiene en los 30 nudos. El Golden parece tener prisa por salir de ahí y navega con medias de mas de 6,5 nudos, en 18 horas hacemos 118 millas.

La realidad no esta reflejada en esta imagen

Y en esta tampoco
Mirando el genova me doy cuenta que la driza no esta, en su lugar queda un trozito desmelenado. Voy al mástil y tirando de ella me salen los 35 mts, suerte que la vela esta enrollada con una muy alta tensión y es imposible que baje, el único problema será que no podremos desplegarla entera. Al mediodía el viento cae hasta los 10 nudos y con el las olas, aparece el sol y nos quedamos mas tranquilos, pues estamos donde la baja de Mauritania nos atemorizaba antes de partir. Ponemos motor a 1500 rpm sin bajar genova y hacemos medias de 5 nudos, por la noche el viento dice que nada de motor que el nos hará ahorrar y se pone en 30 nudos. El Golden surfea a mas de 8 nudos y nosotros como dice Bruce Lee, ya convertidos en agua, dejamos de sufrir los continuos y bruscos balanceos.
Por fin soy capaz de dormir y caer tan profundamente como en tierra firme. Mi amor aun no ha logrado caerse de la conciencia y su cara así lo hace notar.

Sábado 15 de junio 2013

El NE ha caído hasta los 20 nudos, pero el mar sigue de 30 y nuestra posición ya es muy marinera. Somos capaces de movernos al son de los continuos vaivenes sin hacer esfuerzos inútiles. A media mañana el viento cae hasta los 15 nudos y sin poder sacar todo el genova el promedio cae a los 4 nudos de velocidad, ponemos motor hasta hacer los cinco. Las olas bajan mucho  y Nuria por fin cae reventada, es capaz de dormir casi 5 horas seguidas, todo un alivio para ella y también para mi. Cuando despierta me voy a duchar y en plena ducha comienzo a oírla gritar, salgo corriendo y me dice que nos persigue un barco que esta tirando bengalas. Sin acabar de secarme salgo a cubierta y efectivamente una especie de remolcador con un tripulante en proa nos hace repetidas señales, para ella son piratas que nos vienen a abordar. Con los prismáticos veo que es un barco de trabajo y con la vhf contacto con ellos. Un árabe con un castellano un poco difícil de entender, me dice que nos hemos de desviar a rumbo 270º, después de varios intentos logro comprender que detrás de ellos viene un buque instalando un gran cable submarino y que nosotros estorbamos. Nos ponemos al través y el remolcador se asegura siguiéndonos y nos dicen que nos avisaran cuando podamos retomar el 186º que llevábamos. Después de casi una hora, nos dan las gracias deseándonos una buena navegación, todo queda en una anécdota de falsa piratería.
Al caer el sol el NE  vuelve a la carga con sus 20 nudos, apagamos motor y navegamos a 6 nudos. Las noches se convierten en automáticas y nuestras guardias en el salón se hacen muy cómodas, solo salimos cada 15 minutos a mirar el horizonte para que algún mercante no nos de un susto. El piloto automático se porta como un campeón y desde aquí también le mandamos un fuerte abrazo, el motorcito al que yo le tenia poca fe es un fiera, aparte de consumir como una radio de oreja, no se ha quejado ni una sola vez.

Domingo 16 de junio 2013

A las 6 de la mañana hacemos 100 millas, tenemos mas de la mitad y nuestros miedos a la navegación ya han desaparecido completamente. Con el avance de la mañana el NE parece querer despedirse, las olas están grandes y el motor se hace indispensable para no ser batidos en aquel mar. A media tarde el viento hace un esfuerzo y se vuelve a instalar en los 20 nudos, nos acompaña toda la noche y el mar va bajando al mismo tiempo que el viento. Ya dormimos como nenes pequeños, mecidos y comidos

Lunes 17 de junio 2013

A las 7 de la mañana nos quedan 230 millas, el mar parece otro y solo unas ondulaciones de mar de fondo de un metro nos hacen surfear, ayudando al motor a conseguir sin ir pasados de vueltas el promedio de 5 nudos. El gps nos dice que Dakar estará a la vista a  las diez de la mañana del martes. La navegación se torna aburrida y ya hacemos una vida normal a bordo, después de 6 días metidos en una lavadora centrifugando a 2000 vueltas, ahora parece que vamos por carretera, las guardias ya son a uno,  el que descansa no sabe ni en que mundo vive.
Los delfines parecen querer darnos la bienvenida a Africa.




Martes 18 de junio 2013

Con el sol sin asomar, en las nubes ya se reflejan las luces de Dakar. El viento es nulo y el mar de fondo nada relevante.
A unas 30 millas de la bahía y con el sol ya bien alto, comienzan a aparecer cayucos, parecen salir del fondo. En pocas horas estamos completamente rodeados de esas enormes piraguas con motor, algunas de mas de 15 mts y con un francobordo de apenas 1.5mts lo que las hace muy difícil de ver. El mar parece una ciudad flotante, todos saludan y gritan a nuestro paso.
Con los prismáticos ya vemos la costa y el faro de Dakar. Nos alejamos del cabo y sus islas, poniendo rumbo al oeste de la isla de La Madelaine. Aunque cansados sentimos una satisfacción especial, en nuestras mentes la idea de aventura comienza a escribirse con mayúsculas.
Después de pasar al sur de la isla de Gore comenzamos a entrar en la bahía del mismo nombre, y caigo en la cuenta de que no tenemos las coordenadas del club de vela de Dakar. Con la idea de que es al sur de la bahía navegamos con rumbo a Rusfique. En el Opencpn  y el Maxsea nos dice que es un fondeadero. Cuando llevamos unas 5 millas con ese rumbo, recuerdo que un chico en Gran Tarajal nos dio un derrotero de Senegal. Después de volverme loco abriendo carpetas en los dos pc de a bordo, logro encontrarlo y aleluya allí estan las coordenadas. La broma nos cuesta casi 10 millas pero ahora si que estamos bien rumbeados, con los prismáticos veo mástiles y en apenas una hora y media estamos fondeados en la bahía de Hann, justo delante del CVD. A unos 500 mts de la orilla la sonda nos dice que hay 4 mts de fondo, ya que el agua es de todo menos cristalina.
Nuestra idea es ducharnos, comer y dormir un rato, bajar a tierra en esos momentos no era importante.
¡!Hemos llegadooooooo!!
A las seis de la tarde, dormidos y duchados, la impaciencia y la expectación consiguen vencer el cansancio y nos vamos a tierra. Desde el auxiliar vemos como casi todos los veleros que están allí fondeados, son verdaderas islas de guano, las aves acuáticas han okupado literalmente sus mástiles y jarcia dejando todo de ahí hacia abajo hecho un asquito. El aspecto es de cementerio náutico.



La poesía de la foto solo esta en eso "la foto"




Llegamos a un pequeño embarcadero y desde allí accedemos al CVD,

el CVD esta al fondo a babor

El edificio esta dentro de un recinto arbolado y bien cuidado, todo tiene un aire de los años 80. Al entrar la impresión es de que de un momento a otro te vas a cruzar con  Humphrey Bogart.




Un simpático francés nos saluda y se presenta como Gege,  nos invita a las cervezas de rigor y por suerte habla ingles. Después de una pequeña charla, nos explica el funcionamiento del club, por 45 euros semanales ofrecen, duchas, wifi, barca-taxi, vigilancia, y sobre todo una orientación para toda la documentación de entrada al pais, sentados en la barra brindamos por nosotros contentos de haber tomado la decisión de venir.
Al ser el primer dia y con la alegría a cuestas de haber llegado decidimos arriesgarnos a ser devorados por los mosquitos y quedarnos a cenar en el mismo club, un entrecot a la pimienta, una cazuela de pescados con gambas y cuatro cervecitas, todo muy rico, nos dejaron listos para pasar la noche, el precio 17 €. Muy aceptable.
Mañana nos espera el centro de Dakar.