Huimos de Dakar
Por fin tenemos la documentación
del Golden en regla, solo llevamos un inmigrante ilegal a bordo, nuestro
querido grumete Sky, esperamos no tener inspecciones de inmigración.
Siguiendo los consejos de Gege,
me puse pantalones largos, pues asistir a los edificios oficiales en short esta
visto como una falta de educación. Nuria se nego a seguir la norma, debido a la
extrema calor y dejándome solo ante la ley. Al salir del edifico de aduanas, decidimos
dar una vueltecita por Dakar. No acabamos de empezar a caminar y ya teníamos un
guía pegado a nuestra sombra. Ibrahim hombre de unos 50 años, que hablaba muy
bien español, se ofreció a acompañarnos como guía, sin intención de cobrar.
Después de mostrarnos el palacio presidencial y lograr convencer al guardia
para hacernos una foto, (no imagino lo que le contaría), nos llevo a la playa
norte, (con una buena limpieza aquello seria un espectacular balneario). Ante
nuestra insistencia de tomar unas cañitas acabamos en un bar de aspecto muy
limpio y con aires de Paseo de Gracia, donde al ser musulmán nuestras queridas
cañas tuvimos que cambiarlas por dos fantas de naranja.
De aquí casi a empujones nos
llevo a la típica tienda de souvenirs, una vez dentro y después del típico y
horroroso regateo acabamos saliendo vestidos de africanos.
Con el terrible calor y el
caótico trafico decidimos dar por finalizada nuestra ruta por aquella ciudad
tan estresante. Con el roce sale el cariño y este nos costo 5000 frc (8€)
Ibrahim quedo mas contento que
unas pascuas y nosotros un poco menos inocentes.
De vuelta al CVD , Gege nos
proporciona las rutas digitales de los ríos así como de sus complicadas
entradas. Después de despedirnos subimos a bordo y comenzamos a preparar el
Golden para la travesía. Nos tomamos la tarde de relax esperando la hora de dormir.
A las dos de la mañana el eólico
parecía querer levantar la popa del Golden, medio dormidos salimos a cubierta,
tras encender la electrónica, el viento llegaba cómodo a los 30 nudos y la
hasta ahora tranquila bahía de Hann se había convertido en una montaña rusa.
Lloviendo a mares veo como la proa no guarda ninguna relación con el fuerte
viento y el garreo nos llevaba hacia uno de los veleros fantasma. Arrancamos el
motor y pasamos nuestra proa consiguiendo librar por el grueso de un papel de
fumar,
Con la cadena y el ancla
arrastrando, pusimos proa al viento. Después de varios metros el ancla agarro y
nos dejo sin avance, aprovechando ese momento para soltar mas cadena. Tras
esperar unos minutos, el gps continuaba marcando velocidad y tras tomar referencias
con los veleros fondeados y la costa, el Golden con ganas de fiesta seguía
queriendo ir a la playa,
Vueltas al motor y una maniobra
mas, esta vez el ancla volvió a quedar clavada marcha avante. Después de la
deriva, el gps marcaba 0,0 knots. Aquella tormenta duro una hora y media,
nosotros empapados hasta la medula y con un susto mas en el cuerpo, intentamos
seguir descansando para la travesía del día siguiente. La gran paramenta
eléctrica continuaba encendiendo el cielo de tal manera que no nos dejo pegar
ojito en toda la noche.
Bernard el presidente del CVD ya
nos había avisado de estas violentas y repentinas tormentas que en la estación
de lluvias estallaban sin previo aviso, su consejo, bien sencillo, soltar mucha
cadena. En esta ocasión con un fondo de 4 mts, teníamos echados 15 mts, el
detalle de que nuestro molinete sea manual y su recogida demasiado lenta, me hacia ser racano con los metros a soltar.
Desde ese día acepte que el esfuerzo de sacar el fondeo a mano no venia de 15
mts mas de cadena y que el Golden no se merecía tener un patrón tan miserable.
¡!Por fin nos vamosssss!!.
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