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8-8-2016 LAS SAINTES-DOMINICA-MARTINIQUE

8-8-2016   LAS SAINTES-DOMINICA-MARTINIQUE
 
 Amanece y nuestras ganas de irnos del pequeño archipiélago se mezclan con las de quedarnos, el plan de llegar a Martinica continua vigente y zarpamos.
Dejamos Las Santas por el estrecho del sur, el alisio está arrancando y apenas llega a los 15 nudos, la fuerte corriente nos empuja hacia el oeste y por momentos el motor parece que será nuestra salvación. Aguantamos la tentación de dar a la llave y cuando hemos sobrepasado la mitad del canal, el sr. Alisio dice que nos vamos a enterar de quien es el, se pone a cantar con 25 nudos y en unos minutos el tranquilo mar está haciéndonos bailar bakalao.



BYE LES SAINTES, UN PLACER
A dos millas de la punta norte de la isla, aparte de los 30 nudos la virazón que produce Dominica lo colocan justo por proa, decidimos que para esa distancia no nos complicamos la vida y damos a la llave, el motor nos propulsa hasta el fondeo de Portsmuth Bay.
Antes de llegar ya tenemos a los locales vendiéndonos de todo, excursiones, boyas, fruta, pescado, nosotros muy simpáticamente desestimamos todas las ofertas y vamos a lo nuestro.
Después de cuatro mil intentos de fondear, la cosa esta complicada, parece que hay un enanito en el fondo dándole la vuelta al ancla.

RELAX EN DOMINICA

AL FINAL COMPRAMOS FRUTA, DOMINICA
Al final el chico de la boya, que fue el único que se mantuvo a nuestro costado se frota las manos y se ríe, diez dólares después, estamos amarrados a la boya.
En la travesía cayo otro dorado, mi amor se encarga de presentarlo con un exquisito puré de patatas,  y por momentos creo que estamos en un lujoso restaurante.
El detenernos en Dominica ha sido más por no navegar de noche, que por visitarla, las dudas de hacer la entrada y recorrerla asoman, pero nuestra meta son Las Grenadinas y los Roques, con esta idea pasamos el resto del día en cubierta disfrutando del sol y los baños.

 
9-8-2016   DOMINICA-MARTINICA

 


A las cinco de la mañana estamos desayunando, queremos ir tranquilos y las 50 millas hasta Sant Pierre al norte de Martinica, nos parecen muchas para partir tarde.
Dejamos la bahía y parece que el viento se fue de vacaciones, pero la corriente y el mar planísimo, nos transportan a cinco nudos, navegación de placer y para no tener ni una queja, pica otro dorado.
En el canal las olas están como nos gustan bajitas y suaves, el viento de 15-20 nudos hacen que nuestra media sea de 6 nudos, el GPS dice que comeremos fondeados al mediodía.








A las 15pm estamos tirando el ancla, el fondeo con diez metros de profundidad esta justito, bueno mejor dicho, el ansia de fondear me hace quedarme a escasos metros de una motora local, el vecino me grita que si estoy loco, le contesto que sí, y ahí quedamos unos minutos viendo como el Golden y la lancha se relacionan, el susto no pasa a mayores y mi amor prepara el dorado, volvemos a estar de alto standing.

SANT PIERRE,  MARTINICA

EL AMANECER EN SANT PIERRE


 
La idea era bajar a tierra y visitar el pueblito, pero mi pectoral izquierdo me lleva varios días avisándome que no estoy para muchos ejercicios, empezó como una molestia y ahora se ha convertido en el centro de todos mis pensamientos.
A las 6 am. estamos navegando el socaire de Martinica, las buenas condiciones dejan ir pegados a la costa y vemos que es una gran y bonita isla para visitar.
En la bahía de Fort De France el viento por la proa y como siempre en 25 nudos nos obliga hacer algún bordo, al final acabamos a motor.

FORT DE FRANCE


Nuestro plan es ir a la bahía de Lamentin, cuando llegamos la sensación de lagoon nos parte la frente, el agua verde opaca, los cadáveres de veleros fondeados y la refinería con sus malos humos, no nos parece un buen sitio para estar, aun así fondeamos.
La idea de venir aquí era quedar cerca de un almacén de deportes muy conocido y que no nos da la gana de promocionar, para comprar bañadores y bikinis.
Desembarcamos en la marina Neptune, un verdadero desierto humano, ni la oficina, ni la recepción, ni el barrendero, el lugar parece abandonado. Cuando llegamos a la puerta un local viene hacia nosotros, le preguntamos para ir al almacén y nos dice que está complicado llegar desde aquí.
Con el dinghy hacemos un intento de recorrer el lagoon, los manglares parecen adentrarse hacia la dirección del almacen, cuando nos descuidamos la hélice esta arando el fangoso fondo, damos media vuelta y decidimos ir a unos pantalanes en la orilla oeste.
El lugar es muy humilde, tanto los pantalanes como las casas están construidos con materiales muy sencillos.
Son pescadores, uno de ellos nos invita a entrar a su casa, la cordialidad y amabilidad es exagerada, una pena nuestro francés, pues la curiosidad es recíproca y las ganas de hablar también.
El buen y simpático hombre, se presta a llevarnos en su auto, le respondemos si se puede llegar caminando y nos indica el camino.
Cuando dejamos su casa, hubimos de atravesarla para llegar a la calle, todo es cuesta arriba, mi pecho dice que respirar tan hondo no le resulta cómodo y después de unas cuantas cuestecitas vemos el centro comercial, lo que queda por recorrer es para escaladores.
Damos media vuelta y decidimos ir a Fort de France, nos despedimos de Herbe agradeciéndole su atención y volvemos al Golden.
Al salir de la bahía vimos muchos veleros refugiados en los manglares, imaginamos que es un buen sitio para pasar una tormenta.
Fondeamos en el ya conocido Fort de France y nos vamos hacer la entrada a la isla, en una tienda náutica y a través del ordenador hacemos el checkin y el checkout, totalmente gratis, esta es una de las ventajas de ser europeos en una isla francesa. Recorremos el paseo marítimo y preguntamos por los autobuses para ir a la zona comercial. 



n el colectivo la impresión es de estar en una ciudad europea, las autovías, el tráfico, los edificios, todo está súper civilizado. Con las compras hechas, el día se pone lluvioso y en el Golden la capota no deja de cobrar importancia.
Después de un pequeño avituallamiento por los supermercados de la zona, allí no pintamos nada, nos vamos hacia el sur a la también conocida bahía de Gran Anse.
Cuando vinimos en el 2014, llegamos un sábado, esta ciudad parecía más muerta que coleando, en esta ocasión hemos comprobado la actividad comercial que hay y nos ha sorprendido, aquí puedes encontrar lo que quieras, con los precios a nivel europeo claro.

? CARIBE¿


CABEN MAS DINGHYS QUE VELEROS


BYE BYE FORT DE FRANCE

GRAN ANSE
En Gran Anse esperábamos encontrar las boyas gratis que en su día hubieron, pero no queda nada, el fondeo se nos complica, el enanito de las anclas vuelve a aparecer y no hay forma que el ancla clave, después de un buen número de intentos, quedamos agarrados.
En la bahía prácticamente estamos solos, todos los veleros están juntitos en la parte sur y nosotros con la idea de hacer agua, no queremos molestar, nuestro generador esta en cubierta y su ruido es importante.
Es la primera vez que ponemos el manantial en funcionamiento, algunos errores de cálculo, me hacen reformar varias conexiones, y al cabo de un rato, el manantial está llenando el depósito. Estamos una hora con el Golden convertido en factoría, pues entre el sonoro generador, la bomba de alta presión y la de baja, cualquiera diría que fabricamos monedas.
El tremendo ruido no impide que estemos megacontentos por la fabricación de agua dulce, nuestra autonomía para continuar sin visitar marinas se ha incrementado y ahora está muy difícil que lo hagamos, solo nos queda convertir el agua en gasoil.
Al mediodía mi amor me sorprende y saca una bandeja con gambas a la plancha y ensalada, nuestro  standing no es que este alto, orbita el planeta a lado de la Estación Espacial.
Decidimos  quedamos unos días sin hacer nada, el reposo es lo único que sanara el tirón muscular de mi pecho y como prisa no tenemos, dejamos caer las horas al fondo del reloj.


!!GAMBAS A MI!!


 

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