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28-8-2016 MAYREAU-FRIGATE ISLAND


28-8-2016 MAYREAU-FRIGATE ISLAND

Y como nos viene ocurriendo últimamente, nos vamos con la sensación de que volveremos, el nuevo destino será Frigate Island, un islote en la costa sur de Unión Island. Las travesías son tan cortas que hasta me sabe mal llamarlas así, después de cinco millas estamos entrando en la gran bahía, grande por extensión, pues su poca profundidad impide que nos aventuremos hacia dentro y acabamos fondeados a la entrada.
FRIGATE ES EL ISLOTE
ENTRANDO A FRIGATE
Este es otro lugar para querer pertenecer al mundo de los cavernícolas, olvidarse de internet, teléfonos, conexiones y hasta de nuestro nombre.
Recorriendo el pueblito de Aston vemos como sus habitantes viven muy humildemente, son gentes muy amables y cordiales, además nadie vino a vendernos nada, únicamente los cuatro colgados de siempre que viven de la limosna.

ASTON





La calor aprieta y después de encontrar internet en la heladería-corsetería-colmado-cafetería, nos detenemos para tomar una cervezitas en el bar del centro, donde se reúnen toda clase de gentes.
Preguntan nuestra nacionalidad y como viene ocurriendo, nos confunden con italianos, el ambiente y la charla se ponen interesantes, nosotros contamos con los dedos y multiplicamos por cinco, la cuota diaria para bar esta agotada. La dictadora economía muestra su poder avisándonos del posible delito y damos por finalizada la charla y la ingesta de ese preciado liquido,  al despedirnos, lo hacemos como si cada tarde la pasáramos allí.
La bahía tampoco es para perdérsela, al N. un gran laberinto de manglares viste de verde su ribera, aquí los pelicanos se sienten amos del lugar y vigilan nuestros movimientos sin inmutarse.
Solamente la obra inacabada de un gran proyecto para construir una marina, estropea su belleza.
LA CIMA DE FRIGATE Y SUS VISTAS




SIRENA PENSANDO DONDE DEJO SUS "PIERNALETAS"
También es un sitio para la práctica del Kite Surf, el viento aquí es muy limpio y constante, sus parches de aguas turquesas dan una tropical nota de color a las emociones de practicar este deporte.

 


A FALTA DE PAN........

!!AHI VAMOS!!


Una mañana el cielo se viste de chubasco, el viento rola al NE., y nuestra tranquilidad desaparece con la lluvia y el fuerte viento. Afectados por la fuerte corriente que provoca Frigate y sin apenas notar viento, el Golden bornea y se va contra la orilla, solo el margen dado a tierra, evita que acabemos tocando piedras. El Frenk más cerca de la mole de Frigate, se aproxima peligrosamente a las rocas, por radio nos pedimos atención al momento y decidimos arrancar motores.
Al final el chubasco pasa y la calma y las embarcaciones vuelven a su sitio.

CHUBASCO NON GRATO
 

Otro gran atractivo es el snorkel, las rocas que rodean Frigate dejan ver cantidad de corales y una increíble vida submarina.

La pesca en Frigate, !! increíble !!

En esta latitud el pescado ya no tiene riesgo de ciguatera, nosotros que apreciamos su exquisito sabor no tardamos en volver a retomar la afición de la pesca.
Solo la ignorancia por el tamaño de los peces, evitaron que las capturas fuesen mayúsculas.
A los pocos días de intentar pescar nos dimos cuenta que al fondo solo caían caballas  muy pequeñas que volvíamos a soltar, hasta que en una ocasión que traíamos una de ellas, del fondo apareció un marlín  y acabo llevándose el pececito, el anzuelo, el plomo y casi a mi con la caña.
Esto no hizo otra cosa que cambiásemos el sistema, acabamos lanzando rápalas. Como era para probar me puse con la cañita más pequeña que tenemos, la transparencia del agua dejaba ver las persecuciones de las  caballas  detrás de la rápala, a las que seguían dos grandes barracudas, de repente tanto las caballas como las barracudas desaparecen y vemos incrédulos como un enorme wahoo, más de un metro de largo, persigue la rápala hasta el mismo barco, sé que es demasiado grande para el aparejo, mi intención va contra las caballas, pero la siguiente vez que lanzo, el wahoo vuelve aparecer y pica, del primer tirón se lleva más de 50 metros de hilo, imposible bloquear el carrete, se detiene y por momentos me digo que puede ser posible la captura, intento tensar el hilo y cuando la tensión le llega, un enorme salto acaba con mis ganas de pescarlo, se lleva la última rápala de lanzar que nos quedaba.
Todo esto nos pone las pilas en la pesca y hace que esperemos el atardecer con unas nuevas ganas, y no hablamos de deporte o trofeos, a bordo solo suben y quedan los peces que comemos.
Las compras en Aston están complicadas y preferimos ir a Clifton, nos subimos a los colectivos, que son muy baratos, 2 EC. Por trayecto, prácticamente 1 euro.


PLAZA DE CLIFTON
 ANDANDO DE ASTON A CLIFTON

 LAS REDES. LOS PESCADORES Y EL GOLDEN

Y como el mar es de todos, una tarde aparecen unos pescadores y ponen una gran red en la entrada de la bahía. Al cabo de unas horas, cierran la red y un gran cardumen de pequeñas caballas, son vertidas en unos grandes viveros que dejan anclados a unos metros del Golden. Los pintorescos palangreros van acudiendo y llenando sus cavas con el cebo vivo según lo necesitan.

 

De madrugada nos despierta un golpeteo en el casco, como intuimos que son las boyas de los viveros, dejamos que amanezca.
A las 6 de la mañana salgo a ver cómo está el panorama, el viento esta del SE. pero la proa del Golden apunta al norte, voy a popa y veo que los viveros nos tienen enganchados. Toca desenredar, me tiro al agua y el cabo que une los viveros al ancla que los mantiene fondeados, esta enredado en nuestra hélice.
No es cuestión de cortarlo y dejar los viveros a la deriva, así que después de una pequeña-gran batalla, logro desenredarlo. El Golden empujado por el viento se separa de los viveros y quedo conforme.
Me hago el café y cuando salgo a cubierta a echar un vistazo, volvemos a estar enganchados, esta vez un poco más complicado, nuestra cadena ha pasado por debajo de los viveros y se ha enredado con todo, el cabo del ancla, los cabos que unen los viveros, es un verdadero lio.
El tema esta complicado, no quiero cortar cabos y dejar los viveros a la deriva.
Con un buen estudio de la situación, veo que el mayor lio lo provoca uno de los cabos que unen los viveros entre sí, cuchillo en mano, deshago el enredo y lo vuelvo a unir.
Solo queda sacar nuestra cadena de debajo los viveros.
La mejor y única opción pasa por subirla, encendemos motor a la espera de quedar libres, cuando tenemos toda la cadena y el ancla arriba, el viento ha vuelto a poner los viveros en nuestra popa, parecen amarnos y antes que pueda reaccionar se vuelven a enganchar, otra vez en la hélice, por momentos la situación se va complicando, ahora sí que estamos apañados, sin poder dar motor y enganchados con los tres viveros a la deriva.
A escasos metros nuestro, una goleta de acero de 20 metros, nos espera con su botalón también de acero. Las dudas de cortar  cabos desaparecen, una vez queda la hélice libre, damos motor, soy consciente que aún están los otros dos viveros a nuestro lado, pero en ese momento el Golden es una inmensa aceituna rellena de caballa y el botalón de la goleta el palillo, doy avante con bastante revoluciones y espero oír el catacrac de enganchar algún cabo, el botalón y su goleta pasan a menos de dos metros, cuando quito la propulsión, oigo el catacrac y efectivamente ¡premio!, volvemos a estar enganchados.
Esta vez nuestra meta es un pequeño barco de acero, está a escasos 50 metros y vamos directos contra él, ni siquiera intento cortar los cabos, me voy con el dinghy a la proa del Golden e intento apartarla del rumbo de colisión. Mi amor desde la rueda grita a los del velero, pero estos duermen dulcemente y no se enteran de nada. Cuando salen a cubierta, se encuentran nuestro botalón paseándose por su cubierta, les digo que se muevan que arranquen motor y se aparten, pero sus dormidas mentes no reaccionan, únicamente esperan con las manos el tremendo choque.
Y con toda la mala leche que es capaz de empujar nuestro fueraborda de 3,5 caballitos, intento desviar la proa del Golden, el pesado barrigudo parece no inmutarse de mis empujones, pero cuando el abordaje parece inevitable, la proa se desvía, los tripulantes del velero continúan esperando el abordaje con los brazos extendidos, nuestra popa pasa a pocos centímetros y todos respiramos hondo.
Una vez libramos el peligro de abordaje, continuamos con los malditos viveros y sus cabos, la deriva que llevamos es a tierra.
Quedan varios cientos de metros, pero desconocemos si hay la suficiente profundidad.
Ahora vuelvo a ir armado de cuchillo y sin ninguna pena por los viveros, corto todo lo que evita que estemos libres y por fin después de más de dos horas acabamos con el magnífico y esplendido despertar del nuevo día.
No sabemos cómo, pero justo en el momento que nos dirigíamos a fondear de nuevo, aparece el palangrero dueño de los viveros y los vuelve a unir y fondear, ni ellos ni nosotros nos quejamos de la tensa situación, damos por hecho que la mar tiene estas pequeñas peculiaridades.
Este era el último día de estancia en la bahía y desde luego que será inolvidable, aun así el lugar queda catalogado como fondeo preferente.
Mañana cambiamos de isla y de país, nos vamos a Carriacou, perteneciente a Grenada.

ATARDECER DE CALMA Y PAZ



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