09-09 al 14-09
Zinguichor
Una noche se ve que se reunieron
todos los dioses y diosas y se montaron una guateque. Los rayos venían de cinco
en cinco, el sonido de sus truenos recorrían el espacio y parecían no acabar
nunca, yo creo que los científicos deberían buscar aquí esa puerta a la 7º dimensión,
por el estruendo seguro que se abría y cerraba a cada rayo. Los relámpagos iluminaban
el cielo casi sin interrupción, aquello no podía ser nada bueno, nos preparamos
para lo peor y así fue que la gran supertormenta llego. El viento parecía el
anuncio de un superdeportivo de esos de 1000 CV de cero a 45 nudos en menos de
un segundo, el Golden parecía una marioneta y nosotros muñequitos de plastilina
mojada, nos giro como a una veleta y la deriva, ¿como no? hacia tierra. La
proximidad de esta, apenas 100 mts, no me dejaba estar tranquilo y con el motor
decidí quitar tensión al ancla, así con navegación estática casi una hora y
media, hubo momentos que parecíamos estar conduciendo por una autopista en
contra dirección, la cantidad de cayucos que pasaban a la deriva era increíble,
enfrente nuestro uno quedo apretado contra el pequeño pantalán del hotel hasta
que aquella fiesta termino. Con nuestros sofisticados equipos de imagen ( smartphone) no pudimos sacar instantáneas de las noches de fiesta, pedimos disculpas.
Creemos que San Pedro aun se esta
riendo de la cantidad de cubos de agua que acertó encima nuestro, a Santa Bárbara
seguro que le dieron algún premio, sus petardos lograron asustar a todo el que
derivaba por el río, Eolo se debió beber todo el vino de la fiesta, sus eructos
así nos lo hicieron creer.
Nosotros y los cayucos que pasaban
a la deriva cagandonos en el Olimpo, uno de ellos traía rumbo de colisión, el
motor haciéndole falsas explosiones lo mantenía a la deriva, gritándole y con
señas le dije que dejara de dar gas y así se pondría al largo. No se si me entendió
o no, pero paso tan justo que su proa dejo una rubrica en el asustado Golden. Suerte
que ellos viven en, por y para los
cayucos y conocen sus inercias, en la proa de la enorme piragua cinco hombres a
cada cual mas grande se preparaban para el mas que seguro abordaje. Justo
cuando aquello parecía no tener mas remedio que la colisión, todos se aferraron
a nuestra borda y lograron apartarlo, vaya minutitos de nervios, todo esto
debajo de una lluvia que apenas dejaba ver nada. La luz de Zinguichor se ve que
también se asusto y quedo a oscuras, la única referencia eran las luces del
hotel Kandiomagne provisto de generadores, que cada vez lo veíamos mas cerca.
Toda esta fiesta duro casi tres
horas, luego el viento quedo en 20 nudos y la lluvia continuo toda la noche. A
las 6 de la mañana me iba a dormir pensando que las tormentas que hasta hoy habíamos
pasado no eran tormentas.
TODOS LOS CAYUCOS QUE ESTAN AHI NOS PASARON POR LA NOCHE A LA DERIVA, BUFFFF¡¡¡ |
ESE CAYUCO NO AGUANTO LA SUPERTORMENTA |
Estas fotos como veis siempre son al atardecer, justo cuando el sol se ponia comenzaban las fiestas del OLIMPO |
La calada que me metí navegando estáticamente
aquella galerna, me paso factura y dos días mas tarde, me acogió una fiebre que me hizo pasar la
noche del sábado, pues eso como dice el titulo de la película, los siguientes
tres días la fiebre fue bajando a base de aspirinas.
En el botiquín teníamos de todo
hasta para curar algún cáncer, pero para un triste resfriado nada de nada,
quien c……. iba a pensar que era posible resfriarse aquí.
Hasta que aparecieron las
mucosidades estuvimos un poco preocupados por las fiebres, no es un buen sitio
para tenerlas y sin saber el porque, menos,
tocamos madera.
Más españoles, Bárbara y Mario, una
pareja de Madrid, con mochilas y una guía para mochileros, se han recorrido
medio Casamance, ¡estos tampoco tienen valor!, con ellos vamos a comer y
conocemos a Yolanda y Ana dos chicas que dejaron todo y se instalaron aquí,
interesantes puntos de vista y entretenida comida.
Un saludo a todos y aplausos por
vuestras ganas de vivir y cambiar el modo de hacerlo.
Con el calendario consumiendo días
sin enterarnos, vemos que nuestros pasaportes están a diez días de cumplirse y
comenzamos a prepararnos. Al motor le toca el cambio de aceite y filtros, una
mañana antes que el calor haga su aparición me lío y en apenas una hora lo
tengo todo listo, ningún problema, todo a la primera.
Al día siguiente probamos el
motor y cuando lleva cinco minutos arrancado oigo la alarma de aceite, lo apago
inmediatamente y después de mirar compruebo que la sentina esta toda llena de
aceite, por el filtro sale a chorro, estamos a dos días de irnos y esto no me
da ninguna confianza. Después de comprobar el filtro y ver que es el que le
corresponde, lo vuelvo a montar y arrancamos, el filtro tiene un agujero,
defecto de fabricación, en el almacén de recambios a bordo nos queda otro y
aceite para ir rellenando. Hemos de ir a comprar mas aceite y otro filtro, se
nos van del bolsillo 47800 cfa unos 72 euros para 10 litros de aceite y un
filtro, sin remedio ni opción alguna lo compramos.
Con un enorme trabajo recogemos
todo el aceite de la sentina, cambiamos el filtro y le ponemos de nuevo el
aceite, cruzamos los dedos y volvemos a arrancar, esta vez parece OK, pero la
fecha de irnos la aplazamos dos días, para ir comprobando que de verdad este
correcto.
Con el nivel del gasoil mas bajo
de la cuenta decidimos echar 80
litros , lo que nos supone dos viajes a la gasolinera,
solo disponemos de dos bidones de 20 litros , el precio a 1,20 euros, la vida en
Senegal no esta nada barata, el taxista quería cobrarnos sobrepeso, el muy bandido después de decirle cuatro cosas, creemos que no se le notaba que estaba rojo de vergüenza, por el color de su piel.
Lo tenemos todo preparado, solo
queda en la lista sellar los pasaportes y rascar el casco, aquí lo veo
imposible y esperaremos a Banjul.
El Golden no anda ni para atrás,
pero pensar en meterme al agua con tan poca visibilidad y tanta corriente me da
un poco de cosita, amen de las barracudas y otros animalitos que hemos visto.
Nos vamos a capitanía del puerto
a informarnos para sellar, de allí nos envían a la comisaría BPS, situada en la
otra punta de la ciudad, taxi que te crió y cuando llegamos nos dicen que allí
no es, otro taxi y a la nueva dirección, en esta gendarmerie nos dicen que
ellos tampoco, nos mandan al ministerio del interior, allí nada mas entrar por
la puerta con los pasaportes en la mano nos dicen que al aeropuerto, y nada
otro taxi y al aeródromo. No hemos bajado del taxi y un chico súper simpático
nos dice que si somos los del velero, ¡jue nos quedamos sorprendidos¡, aun nos preguntamos como lo supo. Nos dice
que el jefe aun no ha llegado y que tenemos que esperar, a la hora llega un
señor vestido que parece que ha salido del circo de Ángel Cristo, después de
media horita mas, nos recibe y parece hasta enojado, con muy mala baba saca el
sello y eureka¡, ya tenemos la salida. Al salir recordamos que ir a las autoridades en pantalón corto esta considerado como una gran falta de respeto, en fin sin comentarios.
Aquello fue como esas terribles pruebas
de los concursos de TV.
Después de coger otro taxi con su consiguiente discusión, pues nos quería cobrar de vuelta 4 euros, cuando el coste establecido era de 1 euro, el muy discípulo de Ali Baba vaya rostro que escondía debajo de las falsas Ray-Ban.
Las tres semanas en Zinguichor han
sido mas que amenas y tranquilas. Entre el encuentro con españoles, sus gentes
muy acostumbradas al turismo y un poco mas de variedad para comer los días se
han ido sin poder contarlos. Solo las tormentas y las inmensas lluvias enturbiaron la
vida a bordo, nos vamos contentos de haber visitado esta zona del país, desde
nuestro punto de vista lo mejor, tanto por sus gentes como por sus increíbles paisajes.
HASTA SIEMPRE SENEGAL |
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