14-09-2013
Travesía desde el río Casamance (Senegal) a Banjul (Gambia)
Salida : Zinguichor 12º 35’ 334” N
16º 16’
460” W
Destino :
Banjul 13º 26’ 403” N
16º 34’
824”
W
Distancia : 130 millas
Rumbo : En los rios todos, en el océano del 000º al
0010º
Duracion estimada : 1 día y 8 horas
Duracion real :
3 días y 8 horas
Y llego el día de abandonar
Senegal, la mañana como casi todas desde hace mas de dos meses se presenta muy
nublada. Esperamos que la marea quede en reposo para levar ancla y cuando la
cadena comienza a salir del agua junto con ella viene una selva de algas. En
apenas tres semanas se ha convertido en una verdadera liana, con la experiencia
de Foundiogne, antes de guardarla en el pozo dedico un buen ratito a limpiarla,
a saber que aroma nos dejaría una vez seca. El roce en la piel de aquellas
algas me produjo algún picor que otro.
Ponemos proa al canal y nos
preguntamos donde nos cruzaremos con el ferry, pues hoy sabemos que llega de
Dakar y también sabemos que el es de hierro muy grande y no se apartara.
Un ligero viento del E con 10
nudos nos ayuda a conseguir un extra de velocidad, algo de lo que el forrado
casco del Golden carece, si la cadena del ancla esta así, ¿como estará el
casco?
La visibilidad es buena y a la
hora y media vemos venir el ferry, por suerte nos cruzamos en un sitio amplio y
sin problema alguno.
A las 15 h comienzan las lluvias,
nos queda algo más de dos horas para que la corriente se convierta en algo muy
costoso de remontar y nuestra idea es avanzar lo máximo posible hacia el delta.
A las 17 h la velocidad comienza
a decaer y apenas logramos hacer 3 nudos, nos quedan unas 15 millas hasta la boya
de aguas profundas, la lluvia sigue con su discurso y cuando la corriente
comience a crecer río arriba nos resultara imposible. Buscamos un sitio para
fondear y pasar la noche, pasado el poblado de Point Sant George nos apartamos
del canal y a 4 mts de fondo anclamos. La lluvia sigue escribiendo su libro y
cuando la oscuridad reina, los rayos comienzan con su espectáculo de luces, nos
vamos a dormir y una de las orejas siempre queda en guardia, si el eólico
comienza a silbar ya sabemos lo que tocara, logramos pasar la noche sin
sobresaltos.
A las 8,30 levamos ancla nos
dirigimos de nuevo al canal y por el SW un gran cumulonimbo nos da los buenos días,
nuestro rumbo es directo hacia el y en apenas una hora lo tenemos ventilándonos
la proa con rachas de 25 nudos, es justo lo que necesitábamos para correr un
poco menos. Nuestro temor es que en el revirado canal y con la poca respuesta
del Golden nos complique la salida, esta vez los queridos dioses nos dan un
respiro y justo a una milla del canal, el viento queda en 10 nudos.
Logramos salir de aquel delta y
ponemos rumbo N, el SW después de la perturbación sigue con sus 10 nuditos, sin
quitar el motor conseguimos la extraordinaria media de 4 nudos.
El océano esta tranquilo y un
leve mar de fondo nos acompaña, al mediodía vemos cetáceos que por el tamaño de
sus aletas y lomos no pueden ser delfines, efectivamente los chorros de vapor
nos aseguran que son ballenas, están muy distantes y las fotos ni las
intentamos, pero rompen el lento pasar de las millas, al atardecer la puesta
del sol nos regala una paleta de colores digna de ser pintada.
La noche transcurre sin
problemas, apenas vemos OFNIS ni cayucos, a las doce hacemos el cambio de guardia y me voy a
dormir un rato, solo hay unos grandes pesqueros al NO, y fuera de nuestro
rumbo.
A las tres y media mi amor me
llama que esta todo lleno de lucecitas, cuando asomo la cabeza la primera idea
que me viene es fondear, esta todo lleno de pilotitos, de todos los colores e
intermitencias, es como la feria de Abril pero flotante, cuando la vista se adecua
a la oscuridad veo que nuestra escasa velocidad da suficiente tiempo para
sortear aquella gincana de piraguas.
Cada milla que recorremos los
cambios de rumbos se hacen mas continuos, a las 4 de la mañana nos hacen luces
con una linterna desde un cayuco y no queremos saber nada de ellos. Las señales
no cesan y me hacen estar en guardia, con el reflejo de las luces de proa, en
el agua veo unas boyitas que atraviesan nuestro rumbo, cuando las neuronas
acaban de comunicarse me avisan que es una red, rápidamente corto motor quito
el piloto y giro a estribor, el genova se acuartela y quedamos abarloados a la
red, la corriente se encarga de que en pocos minutos estemos pescados. Recogemos
el genova y comienzo a pensar como salir de allí, el motor queda descartado y
por momentos aquella interminable red parecía desprenderse, hicimos varios
intentos con el genova pero sin éxito alguno, la red es de deriva y junto a
ella nos movemos a 0,5 nudos, los cayucos que están por el camino se van
apartando, dejamos las luces de cubierta encendidas y ante la imposibilidad de
hacer nada decidimos dormir.
A las 7 de la mañana unas voces
nos despiertan, son los pescadores, miro lo que hacen y veo que se dirigen con
el fuera borda arrancado a pasar por encima de la propia red, mi pensamiento
enseguida es que la van a romper y me dirán que hemos sido nosotros, comienzo a
gritarles y justo cuando el fuera borda va alcanzar la línea de flotación de la
red, el patrón lo levanta y pasan al otro lado, el tío sin inmutarse da dos
vueltas al Golden, mira como esta el enredo y en apenas ¾ de hora nos libera
del enredo, me quedo maravillado con el arte de estos hombres.
La red sale llena de pescado y
cuando podemos arrancar uno de los tripulantes me pide la defensa que yo ponía
para los posibles abordajes, tan simpáticos me cayeron que les regalamos una.
Continuamos nuestra ruta y
aquellas tres enredadas horas habían roto una vez mas nuestros cálculos de
llegar al Gambia con la marea llenante.
Efectivamente cuando llegamos a
la primera boya que señala el canal de entrada la corriente ya no es favorable,
son las once de la mañana y hasta las cinco de la tarde no cambiara, toca echar
el ancla, con el fondeo de cabo a 10 mts de profundidad quedamos a la espera.
El sol es de tostar cacahuetes o
lo que le pongan, y con aquellas aguas tan transparentes pienso en aprovechar y
rascar el casco, me pongo un neopreno para evitar heridas y cuando me tiro al
agua apenas puedo sujetarme al cabo que previamente habíamos echado, la
corriente me hace estar en el agua como superman va por el aire, imposible de llegar
al casco, con la calma y mucho calor decidimos de pasar esas horitas.
A las cinco más puntual que el
AVE llega la marea, levamos ancla y ponemos rumbo a Banjul, nos quedan 22 millas y apenas dos
horas de sol, mala combinación para los escasos 4,5 nudos que hacemos, aun así
decidimos aprovechar la luz del día y recorrer lo máximo que podamos.
Por estribor nos alcanza un
mercante y ante la falta de balizas nos fijamos en su rumbo para saber hacia
donde apuntar la proa, se acerca el atardecer y el mercante con rumbo E nos
ayuda a saber la orientación del canal. En apenas media hora y como siempre por
la proa vemos aparecer en el horizonte unos algodoncitos de color negro que se
comienzan a estirar y cambiar de forma muy rápidamente. Antes de hacer ningún
calculo el mercante es engullido en la mas absoluta oscuridad, el viento pasa
de los 10 nudos de SW a 25 nudos del E, por proa, ¡claro¡ La oscuridad mas negra y
oscura nos cubre, como el rumbo hasta el mercante lo teníamos y la distancia
era de unas 3 millas ,
decido seguir navegando y no fondear ante aquel tormenton. El viento con rachas
de 35 nudos y de la mano de la omnipresente lluvia hace que sea un poco
complicado ver algo, habíamos recorrido dos millas y cuando me fijo a unos diez
grados a estribor veo unas luces intermitente de color verde y rojo, pienso que
son las balizas del canal y pongo proa hacia ellas. Aquellas luces enseguida
son seguidas con muchos destellos blancos, mis neuronas vuelven a reunirse y me
comunican que es un cayuco y que seguramente las luces blancas es la linternita
que me avisan de redes, antes de que las neuronas se comuniquen he virado y nuestro
rumbo ha pasado de E al W. Ahora si que si fondeamos, otra vez con diez metros
de fondo y sin apenas ver nada, cuando el cabo se tensa ponemos marca y
afortunadamente el ancla agarra sin problemas. Unas dos horitas de espera a que
aquello se tranquilice un poco, la visibilidad vuelve aparecer y estamos
fondeados a escasa media milla del mercante que también tuvo que fondear.
Cenamos y la idea de navegar de
noche ni se nos pasa por la cabeza, nos vamos a dormir y por lo menos el
horario de mareas sabemos que lo tenemos a favor pues a las seis de la mañana será
llenante.
A las doce de la noche unas voces
nos despiertan, salgo a cubierta y un cayuco anda dando vueltas alrededor
nuestro y alumbrando con linternas, logro entenderle y me dicen que nos hemos
de mover dos kms, le explico que nuestro fondeo es manual, que estamos muy
cansados y que con aquellas olas no puedo recogerlo, me dicen algo que no
entiendo y creo que ellos a mi menos, después de un rato se van y vuelta a
dormir.
A las dos de la mañana unos
extraños ruidos nos sacan del sueño, en proa veo un cayuco, enciendo la luz de
cubierta y un “ME CAGO EN LA P …..
OSTIA” sale de mis adentros, una red sube por el fondeo y nos esta rodeando,
ellos agarrados a nuestra borda intentan quitarla, cuando llego a la proa un
terrible enredo de cadena, amarra, ancla y red hacen que no entienda muy bien
lo que esta ocurriendo. Cuando logro aclararme veo que la red arrastrada por la
fuerte corriente ha subido por el fondeo hasta el balcón de proa y se ha
enredado con el segundo ancla y su cadena. Ellos intenta deshacer aquello y me
piden un cuchillo, se me enciende la bombillita de las ideas y les digo que
podemos soltarla, si suelto la amarra del fondeo y la pasamos por el medio de
la red. En mi pensamiento esta que si la cortan luego querrán que la paguemos,
sin llegar a darme tiempo a nada ya están cortando la red, recogiendo los dos
extremos logran quitarla de nuestro alrededor y extrañamente se marchan sin
pedir nada. Me quedo en cubierta sin saber que pensar y después de unos minutos
viendo como se alejan volvemos a la cama. Llevamos dos noches casi sin pegar
ojo y parece que toca otra mas, son las 3 de la mañana y a las siete como muy
tarde hemos de estar en pie.
Cuando logramos coger el sueño
otros ruidos extraños nos despiertan, yo pienso que es el cambio de marea y son
los roces del borneo, Nuria sale a cubierta y me dice que hay otra red
enganchada en proa, de vuelta con la lucha. Después de ver la situación,
estamos como hace casi dos horas, otra red de deriva se ha venido fondeo arriba
hasta llegar al botalón, la fuerte corriente hace que sea imposible tirar de
ella, cuando enciendo las luces de cubierta veo que una garrafa blanca marca el
extremo de la red, esta a escasos 50 metros por estribor, una de la boyitas de flotación
de la red esta enredada en la amarra del fondeo y es la que impide que la red
siga desplazándose , busco un arco de sierra y corto la boyita, la red
enseguida comienza a correr y coge tal velocidad que boyita que llega a la
amarra acaba desintegrándose, apenas unos minutos y la red desaparece,
tranquilo por que no he tenido que romperla y además estamos libres, volvemos a
la cama.
Es la tercera red que hemos
enganchado en apenas 24 horas, estamos mas que cansados y son casi las cuatro
de la mañana. Cuando apagamos todas las luces y nos vamos a la cama otras voces
nos gritan, vuelvo a salir y otro cayuco, esta vez les digo que o se van o
llamo a la policía, para mis adentros pensaba anda que no esta lejos el 091,
Vuelvo a encender las luces de
cubierta y voy a proa, el cayuco esta amarrado a nuestro fondeo y me dicen en francés,
que les he cortado la red, me hago el tonto y les digo que somos españoles y no
les entiendo, ellos me hacen señas con un trozo de red y un cuchillo, les digo
que no y comenzamos a discutir, mientras el patrón del cayuco habla conmigo veo
como los tripulantes están sacando nuestro fondeo, por mi cabeza pasa que se
quieren llevar el ancla. Le digo a Nuria que llame por la VHF al puerto de Banjul y les
explique lo que nos esta sucediendo, salgo a cubierta y les digo que estamos muy cansado y que si
tienen algún problema mañana lo solucionamos, por la VHF no hay contestación
alguna. Mi amor es un flan encima de una lavadora coja centrifugando, después
de casi media hora me enseñan nuestro fondeo con otra red enganchada, cuando
comprendo lo que estaban haciendo me quedo mas tranquilo, los muy bandidos habían
estado enganchando un trozo de red a propósito, les vuelvo a decir que mañana
lo solucionamos y después de desenganchar la red y soltar nuestro fondeo se van
y fondean a una milla escasa.
Cuando entro mi amor es un
trocito de persona temblando con el cuchillo jamonero que aun guarda bajo la
cama en una mano y un martillo en la otra, cuando le digo que ya ha pasado
todo, explota en llantos, la abrazo y espero a que se tranquilice, aquello no
es para menos, que explicación le podía dar ante tal avalancha de sucesos, en
aquel momento ya no me quedaban mas dioses para cagarme, y solo pude mantener
la calma e intentar dar paz en aquella guerra de miserias, redes y pescadores.
Para mi aquello nunca represento
mas amenaza que una sucia treta para sacarnos los euros, pero entiendo perfectamente
el terrible estado en el que lograron dejar los nervios de mi amor. Ella
pensaba que eran piratas y por su imaginación pasaron todo tipo de cosas, creía
que nos atacarían, que subirían al Golden, y que todo había terminado. Estaba
realmente asustada y solo quería salir de allí.
A las 8,30 levamos ancla, habíamos perdido casi dos hora
de marea, y nada mas emprender la navegación el dichoso cayuco ya estaba a
escasos metros. El patrón me pedía dinero, combustible, yo le señalaba el rumbo
a Banjul y le decía que nos siguiera, que allí lo íbamos a arreglar todo, mi intención
era ir directamente a la policía y denunciarlos por hijos de la gran P…,
durante una milla anduvo dando vueltas y reprochándonos a gritos que le habíamos
roto la red.
Pendiente del rumbo y de ver una
baliza que nos confirmara nuestra navegación por el canal apenas les hacíamos
caso, en una de las veces que se acercaron mi amor exploto y les dijo que se
alejaran, creo que se asustaron cuando la chicarrona del norte saco su genio,
poco a poco fueron alejándose resignados que en aquella ocasión lo único que habían
conseguido fue jodernos la madrugada y asustar a Nuria.
Nos quedaban 11 millas y apenas lográbamos
hacer 4 nudos de velocidad, haciendo cálculos la marea vaciante nos volvía a
pillar, y así fue apenas a dos millas del previsto fondeo, la velocidad que hacíamos
era de 1,5 nudos a 2200 rpm, imposible de intentarlo, por curiosidad di media
vuelta y el Golden sin motor hacia casi 4 nudos, aquello era un verdadero río.
Tocaba volver a fondear eran las 13 h y ya quedaba muy poco de nosotros, salimos del canal y el ancla volvía a
detenernos, con la calculadora en la mano la corriente no cambiaria hasta las
17 h. El sol ajeno a todo lo que llevamos encima se puso pesadito y nos tuvo a
35 graditos hasta las 16 h que la corriente dejo de ser tan extrema. Levamos
anclas y en una hora estábamos fondeados delante del puerto comercial de
Banjul. Por fin habíamos llegado, las 130 millas nos costaron
mas de 80 horas, 4 fondeos y 4 enredadas.
Nuestra intención era de todo
menos bajar a tierra a arreglar los papeles, tumbados en cubierta reflexionando
sobre aquella extraña y sobre todo enredada travesía oímos unas voces que nos
llaman desde tierra, agarro los prismáticos y es un tipo haciéndonos señales,
le decimos que no necesitamos nada y que mañana será otro día, son las seis de
la tarde y nada nos hará movernos de allí.
A la media hora aquellas voces
vuelven a llamarnos, cuando miramos esta vez el tipo esta acompañado por dos
sujetos con uniforme, al final logramos entender y se trata de inmigración y
nos están diciendo que hemos de bajar a tierra. Resignados bajamos el bote y a
remo nos dirigimos al muelle, una vez allí nos dicen que hemos de hacer la
entrada si o si. Una caminata de casi dos kms hasta la oficina de inmigración,
después de rellenar los papeles y sellar los pasaportes nos informan que hay
que pagar 50 euros, claro nosotros ni euros ni nada encima, les digo si no es
posible arreglarlo mañana que llevamos desde el sábado navegando y nos dicen
que no. Total otro km hasta el banco mas cercano. De vuelta en la oficina de
inmigración y previo pago, nos dicen si no tenemos una botella de vino para
darles, aquello era de chiste, le decimos que mañana le traeremos una, después
de casi una hora estamos listos, aduanas y oficinas del puerto por suerte ya
han cerrado y quedan para mañana.
Volvemos a bordo y el día ya no
dio para mas, la única energía disponible era para ducharnos y caer cadáveres
en la cama, no teníamos ganas ni de celebrar la llegada ni de hacer reflexión
alguna.
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