26-08 al 08-09
Zinguichor
Los días se esfuman entre grados
centigrados, lluvias y compras de comestibles.
La compañía de Pablo y Estela
llega a su fin, con ellos hemos pasado unos días de interesantes
conversaciones, es increíble los lazos de amistad conseguidos en tan poco
tiempo, un saludo para esta magnifica e interesante pareja y esperamos os vaya
todo bien, hasta la próxima amigos.
Al igual que por el día los
treinta y pico grados de temperatura te deja amorfo, por las noches las
tormentas nos exigen estar bien despiertos.
La noche del 26 a las tres y media de la
mañana perdimos la cuenta y la conciencia de las tormentas que llegaron a pasar
desde el atardecer, un stress importante.
Al día siguiente el sol que en esta aguas y por estas fechas se cuela como un inmigrante ilegal nos pone el interior del Golden a 35º y el exterior a 43º, unido a la alta humedad hace que la mente la tengamos escondida debajo de los sobacos, terrible día de calor y de no hacer ni la absoluta nada.
Un amanecer a las seis de la
mañana nos despierta un ruido de motor que no sonaba a cayuco, cuando miro por
la ventanilla de estribor, veo una inmensa patrullera del ejército pasando a
escasos cms, nos hacemos los dormidos y se marchan, desde luego no era hora
para dar ni recibir explicaciones.
Otra mañana oímos ruidos en proa,
me levanto y un enorme cayuco esta casi encima de la proa, salgo y es una avería
en el fueraborda. Con unas herramientas que ni para cortarse la uñas han
desmontado medio motor, unos aguantan la embarcación para no rozar nuestro
casco y después de charlar un rato con ellos aparece otro cayuco que viene a
rescatarle, el patrón del nuevo cayuco dice que nos cambia el Golden por los
dos cayucos a lo que le respondo que no, que el saldría perdiendo y no quiero engañarle,
después de unas risas se marchan y todo queda en una anecdotilla.
Con la llegada del ferry vuelven
a venir españoles, esta vez un grupo de Alicante, enseguida entablamos relación
y logran hacernos creer que estamos en España. Cada mañana nos vemos en Le Perroquet,
cuando llegamos el unico superviviente de la noche es José Antonio, sus
inquietudes seguro lo llevaran a buen destino. Las coversaciones resultan tan
faciles como interesantes. Hablamos como personas normales, algo tan sencillo y
que a veces resulta tan complicado. Poco a poco van apareciendo el resto, Julián
un enamorado de Senegal desde que piso tierra, Silvia, una valiente que se
viene a estas tierras con tres amigos, Ricardo un enamorado de las senegalesas,
que a punto estuvo de costarle una boda, jeje y mas tarde Mamadu y su esposa
Susana, él de la isla de Karabane y ella venezolana vienen juntos desde
Alicante y hacen de guía al resto.
Comprando el pan con Silvia |
Con ellos por el hotel los días
pasan volando, nosotros encantados y mi amor por fin tiene otras mujeres para
hablar, le ha cambiado hasta la cara, algo que entiendo perfectamente.
Ellos que vienen con pocos dias
los viven intensamente. Recorren todos los sitios interesantes para ver y comer,
luego nos comentan y nosotros apuntamos nombres y direcciones. Así fue que
acabamos en una hamburguesería, donde el sabor a Ketchup nos hizo recordar los
frankurts de Barcelona, por las dos hamburguesas y dos cervezas, 7 euros. Con
la falta de carne que llevábamos no estuvo nada mal.
En un acto de valentía nos fuimos
con ellos al mercado de artesanías, una locura de vendedores artesanos, aquello
era la guarida del lobo, su estrategia ya bien conocida por nosotros no cuela,
y logramos salir de allí sin compra alguna, toda una proeza. Los chicos se
llevan souvenirs y a muy buen precio, aunque acaban agobiados con tanta oferta
de los vende-estatuillas. Lo del regateo es para grabarlo y colgarlo en
youtube, madre madre que gente.
A pesar de los pesares nos sentiamos tristes por no poder comprar |
Acabamos comiendo en un restaurante muy económico, pues el
plato del día costaba 1,5 euros. Eran familiares de Mamadu y el lugar era
realmente acogedor. El arroz estaba acompañado de una rica carne en salsa, y
nuestra falta de comer carne la íbamos solucionando.
Después de unos días a ellos les
llegaba el día de marchar, y a nosotros de apagarnos, quedábamos tristes. La
estancia de estos chicos había logrado sacarnos de nuestras rutinas y sobre
todo poder charlar sin diferencias idiomáticas y culturales, algo que necesitábamos.
Os mandamos un abrazo y deseamos
que todas vuestras ilusiones os lleven a un buen puerto en la vida, hasta otra
amigos, fue un placer conoceros.
Por que aquí hemos llegado a la
conclusión, que aunque hablásemos Frances, la comunicación no pasaría de lo
cordial, estamos tan lejos de los problemas de estas gentes y ellos de nuestra
cultura que difícilmente podríamos hablar con el suficiente conocimiento.
Un día Lorenzo apareció por Le
Perroquet, a este hombre grancanario y con 80 años a sus espaldas, lo conocimos
en Dakar. Es intermediario en el comercio de las gambas y langostinos, estaba
mas que hecho a tratar con estas gentes. Con él también mantuvimos largas
conversaciones y comimos algún día juntos, no entendíamos que hacia con su
edad, aun trabajando y en aquellas tierras, te mandamos un saludo y un ojala te
retires pronto.
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