Aviso de temporal
Apenas hacia dos días que los
trabajos del Golden habían comenzado, y el aviso de temporal del SW,
interrumpió nuestro ritmo. El parte meteorológico anunciaba la llegada de una
baja de 990mb., con vientos de más de 40 nudos. Neil, nuestro amigo del Manuia,
que ya había vivido alguno, me comento la importancia de reforzar las amarras y
de poner anclas por popa. Pasamos una buena parte del día, doblando Springs y
amarras, los patrones con auxiliares
neumáticas pequeñas, nos pidieron ayuda, al menos 5 anclas pasaron por nuestra
querida chalupita de madera. El amarre se había convertido en un enjambre de
cabos cruzados, con la intención de aligerar las tensiones del débil pantalán.
Al Golden con sus casi 20 tn., le
largamos una maroma de 50 mts que amarramos directamente al muelle, daba la
sensación que nos preparábamos para un tsunami.
La seguridad de estar amarrado en
puerto se había transformado en la inseguridad de ver que cornamusa iba a ser
arrancada primero, las horas parecían no querer pasar. Con el amanecer y sin
pegar ojito en toda la noche, el viento comenzó a perder intensidad, quedando
en 20 nudos, no así las olas que seguían entrando y moviendo todo a su antojo,
las caras de todos era reflejo del tremendo temor que se vivía y la opinión
generalizada fue que navegando hubiera tenido menos riesgo que amarrados.
En nuestro pantalán cinco finger
estaban totalmente sueltos, había roturas de todos los tipos y solo quedaba
esperar que las olas dejaran de tener la entrada libre, para reforzar un poco y
esperando que acabaran de aguantar , el oficial del puerto proporciono cadenas
y tensores para sujetar aquellos trimaranes en los que habíamos terminado
convirtiéndonos.
Nuestro Golden resulto herido en
una cornamusa de proa, doblar aquella platina de casi 2 cms de acero, le tuvo
que doler bastante. La carcasa del
fueraborda del bote, había desaparecido, y esos fueron nuestros daños,
demasiado poco para los continuos abordajes que sufrimos.
Con el brusco movimiento era
imposible hacer cualquier trabajo y pasamos el día viendo las olas, que también
son un bonito espectáculo.
Un día más hubo de pasar para
cambiarnos de amarre y poder seguir con nuestras rutinas.
La calma y el duro trabajo
A la semana de estar a pleno
rendimiento con los trabajos del Golden, este parecía una
carpintería-herrería-taller en cubierta y una cacharrería en el interior, una
locura.
Además tachábamos dos trabajitos
y seis trabajones aparecían debajo del mantel. La buena vida pasaba a mejores
momentos, quien algo quiere algo le cuesta, y vaya si nos estaba costando.
Lijar y barnizar
Impermeabilizar y pintar los
cofres de cubierta
Separar las aguas de la ducha y
bocina con otra bomba de achique
Hacer desagüe de lavadora
Limpiar el casco
Cambiar travesaños del balcón de
proa
Cambiar la distribución de las
cargas, eólico,alternador,placas
Cambiar situación de las placas
solares
Hacer mosquiteras para todas las
escotillas
Cambiar mordazas de enrollador de
genova y trinqueta
Cambiar presostato del grupo de
presión
Redistribuir todas las
herramientas y recambios para dar cabida a medio supermercado de comidas y
bebidas.
Detrás de cada trabajito de estos
os podéis imaginar el jaleo correspondiente.
Y como nos íbamos a Senegal en
plena estación de lluvias decidimos quitar algunas gotitas que entraban por
cubierta, recuperando todos los taper que andaban distribuidos a lo largo y
ancho del poroso Golden.
Unos de los trabajos mas
importantes fue levantar todos los candeleros, al traspasar la cubierta eran
unas autenticas cataratas. Poner sika nueva y como no, los casi 70 tornillitos
de acero, un laborioso trabajo a dúo. Una de las veces que baje por que Nuria
no llegaba a roscar la impertinente tuerca, con gran asombro vi como la simpática
y siempre amable sika se había extendido por el techo, los mamparos las
estanterías y hasta las manitas y el cuello de mi amor, su cara era un dilema,
lo que no pudo decir es que ella no había sido, jeje.
Otro gran enfrentamiento fue con
los pescantes, en principio lo iba hacer yo, después de estar varios días
mareando la perdiz, decidimos llamar a un herrero y preguntar el precio, a 450 euros ascendía el
presupuesto, a nosotros el material solo, nos costaba casi 300 euros, no había
que ser muy inteligente para tomar la decisión.
A los cuatro días los tubos
soldados estaban a bordo, el montaje si que era pan comido y lo hacíamos
nosotros. Después de montados el siguiente paso era izar el bote, casi 70 Kg . de contrachapado y
epoxi. Al primer intento los pescantes resistieron, pero alguien gritaba y se
quejaba, la cubierta donde se hacían firme los tubos, chillaba de dolor.
Después de varias investigaciones casi científicas, decidí que había que poner
alguna triangulación, trabajito delicado por los cortes y soldaduras, a vueltas
con el herrero. La cubierta en popa parecía una calderería, después de tres
intentos entre el buen hombre y yo, conseguíamos que aquel llamativo y nada
estético andamiaje quedara robusto, ¡160 euros menos de las arcas de la república
¡pero al final el bote quedaba mas alto y sin riesgo de perderse en el océano.
A mitad del mes de marzo
decidimos cambiar el pabellón del Golden de español a belga.
La marca España estaba muy cara
para llevarla por el mundo, nuestra ITB. (revisión obligatoria y exhaustiva de
todos los componentes del barco) estaba a punto de caducar. Esto representaba
un enorme gasto, mas de seis mil euros, aparte revisiones de radiobaliza y
balsa, demasiado dinero para nuestra limitada economía.
Los trámites comenzaron por una
visita a Capitanía en Puerto del Rosario, la baja de bandera era
imprescindible. Este fue el único tramite a realizar en persona, el resto todo
a través de Internet supermegahiper rápido y sin complicaciones. Únicamente el
hecho de no hablar francés represento el mayor problema, detalle que
solucionamos con la ayuda de nuestros vecinos franceses.
El coste del abanderamiento belga
ascendió a la escalofriante suma de cincuenta euros, valedero para cinco años,
casi igual que en España.
En apenas tres semanas teníamos
el pabellón y los equipos de radio y salvamento legalizados.
la bandera tambien fue made in Golden |
La radiobaliza había que enviarla
a la fábrica para el cambio de batería, esto tardaba más de dos semanas, así
que con el plazo del amarre vencido y casi todos los trabajos listos, decidimos
ir a fondear.
Neil y Erika zarpaban con rumbo a
la Azores ,
donde pasarían el verano. Le esperaba una larga y complicada navegación con los
incansables alisios en contra. En sus planes estaba ir a Gambia en el mes de
noviembre, donde posiblemente nos volveríamos a ver. Una despedida más, a
nuestra cada vez mayor colección
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