Sabado 7-6-2014
A ellos les queda poco tiempo en la isla, el velero esta en varadero y una vez lo echen al agua partirán hacia Mallorca, esto hace que se alojen en un hotel en la playa, donde vamos a visitarlos alguna tarde.
EL PIQUITO BLANCO ES EL NAUFRAGIO DE UNA MOTORA |
CON EL STRESS A CUESTAS |
CAMINITO DE PICO PARADISE |
CON MARA Y PACO |
PHILISBURG DESDE PICO PARADISE |
!PROBLEMAS¡ |
CELEBRANDO LOS PROBLEMAS |
ESPERANDO A SPARROW |
A modo de despedida de la zona holandesa decidimos ir una noche a la Bamba, bar en la playa de Simpson Bay donde los martes hacen la noche latina, el lugar repleto de turistas y jóvenes latinos es el sitio perfecto para disfrutar del baile y lo que no es el baile.
NOCHE LATINA |
Esta fue la ultima ocasion que estuvimos con ellos, los tiempos no cuadraron y cuando nosotros estábamos en varadero partieron hacia Palma, os deseamos buena travesia y toda la suerte, hasta pronto.
CHUBASQUILLO EN SIMPSON BAY |
En los próximos días, una vez decidamos el varadero, nos
habremos de hacer a la mar, nuestro arrecife con velas esta demasiado lento
como para salir a mar abierto, decido que hay que rascar el casco, no quiero
sorpresas y aunque ya se que es un duro trabajo, prefiero tener respuesta, de
al menos motor, la jarcia no esta para fiestas y preferimos no hacer bailar al mástil.
Como cada vez que he limpiado el casco, las primeras horas
se hacen durísimas, eso de dejar de respirar y hacer fuerzas desconocidas bajo
el agua me resulta complicado.
El primer día de rasca-rasca se salda con apenas una hora de
trabajo, salgo descompuesto habiendo logrado limpiar solo el timon, el segundo día ya se alarga la jornada y estoy dos
horas dale que dale a la rasqueta, el tercer día cuando me da el frío me pongo
el neopreno, mis ganas de respirar bajo el agua ya son controlables y me
sorprendo a mi mismo de poder aguantar mas de 30 segundos seguidos, al final me
pego un rasca-rasca de casi cuatro horas, decido dejarlo y descansar, pues
únicamente queda la proa por limpiar.
El que habría de ser el ultimo día de tan entretenido trabajo,
cuando llevo media hora de acuanauta, me da por mirar hacia atrás y veo una
enorme barracuda apenas a dos metros de distancia, mi cerebro se ve que ordena
a todas las extremidades huir, antes de ser consciente de la situación me
encuentro en cubierta, preguntándome cuando compramos la maquina de tele
transportación humana.
El cabo que tengo para sujetarme y poder hacer fuerza para
quitar el enorme arrecife que tiene el casco, me sirve para escalar hasta la
cubierta, siempre me gusto hacer ese ejercicio
de subir por un cabo, con aquel terror ocupando mis neuronas, mis movimientos debieron
ser de dibujos animados.
El shock me dura bastante rato, con la idea de acabar de
limpiar el casco entre ceja y ceja, decido arrancar el motor y darle marcha,
pienso que con el ruido la barracudita se asustara y se marchara, después de
unos minutos de hacer marcha avante y atrás, me vuelvo a poner los accesorios
de rascacascos, las gafas, los escarpines, guantes, rasqueta, y en esta ocasión
las aletas, pensando en parecer mas grande, por si el bicho aun estuviese en
nuestra sombra submarina.
Me tiro al agua, y al contrario que siempre, esta vez estoy
mas pendiente de los alrededores que del casco, comienzo a rascar con mas miedo
que arte, cuando llevo un buen trozo limpio, miro hacia abajo y veo mil
pececitos comiendo, la falta de aire no le impide a mi mente discurrir y el
pensamiento es que si hay pezqueñines comiendo, ¿ no estará también el
depredador¿, cuando vuelvo a mirar hacia popa, veo otra vez la misma silueta y
ese morro tan feo lleno de dientes, esta vez las aletas me impiden escalar por
el cabo y la única opción que me queda es nadar hacia el monstruo, pues el
dinghi esta justo encima,
Con el temor, bueno mirándolo bien con el miedo-pánico adueñado
de mi voluntad, nado como un olímpico y salto como un delfín adentro de la neumática,
esta vez si que acepto, me retiro no mas intentos, mi cabeza no cesa de pensar
que pasaría si este enorme depredador se cabrea conmigo.
Por la noche tomando unas cervecitas, coincidimos con unos
buzos profesionales, y la pregunta era mas que obvia, ¿ se conoce algún
altercado con estos feroces peces¿, la respuesta de ellos fue unánime, nunca ha
habido un reporte de ataque a humanos en el lagoon, pero afuera, hace dos años
a una neoyorquina, una de estas simpáticas barracudas, le arranco el gemelo de
la pierna izquierda, en mi garganta crece un nudo, que por lo visto no lo hizo ningún
marinero, si tenia una duda, ahora tengo mil, la primera idea que me viene a la
cabeza, es dejar de rascar el casco, ya lo acabaremos en varadero.
Estos mal agraciados peces, según los buzos , son muy
curiosos y territoriales, y cuentan que siempre aparecen por la espalda, incluso
te llegan a rozar, y que un individuo solo no es peligroso, pero cuando se reúnen
varios la situación se puede poner muy fea.
Al día siguiente no acabo de darme por vencido, después de algún
remoloneo que otro, me visto de luces y allá que voy, los nervios están, los
pezqueñines también, pero el monstruo marino no, ¡!o no lo veo¡¡, después de
casi una horita interminable, el casco esta totalmente limpio, me doy por
satisfecho, al monstruo ni le he plantado cara, pero casi he vencido mis miedos,
consuelo tonto pero consuelo al fin.
Con el casco bien
limpio ya solo nos queda saber a que varadero vamos, en la zona holandesa, nos
queda uno por preguntar y después de hablar con el gerente, queda mas que
descartado, nos prohíben pintar, se ha de contratar a su personal y por cada
mano de pintura cobran 170$, cada día de estancia son 50$ , la broma se dispara
a tal punto que tiramos el presupuesto nada mas salir a la calle.
En la zona holandesa no dejan que los armadores trabajen en
los varaderos y sus precios parecen estar destinados a los grandes megayates,
nosotros no estamos para pagar las grandes cantidades que exigen y huimos a la
zona francesa.
En el lado francés, no hay ningún problema, en todos te
permiten trabajar, nos vamos al mas económico, el precio 825 euros por dos
semanas mas el travel, la varada es con una grúa y es el único punto que no nos
acaba de convencer.
Como habíamos previsto, llego el día de mover el enfermo
Golden, el hospital a 5
millas y el poco fondo del lagoon, nos hace salir a mar
abierto, después de hacer la salida en inmigración, y pagar la estancia de la
parte holandesa, ( 307 $ * 21 semanas), estamos preparados para abandonar el
lagoon.
Recogemos a Julio, que se presta a acompañarnos y comenzamos
a subir el ancla, la cadena una vez mas parece una autentica liana tarzanera,
en esta ocasión y con la experiencia adquirida, perdemos media hora limpiándola
antes de que se aloje en el pozo, sus aromas ya envenenaron una vez todo el
interior del Golden.
Una vez quedamos libres nos dirigimos al puente, a falta de
10 minutos ya hay cola para cruzarlo, después de algún titubeo que otro, una
motora tiene problemas justo delante nuestro y ante la duda damos media vuelta
y dejamos que se desatasque el canal, perdemos el turno con un mercante
convertido a crucero de lujo y después de que pase el puente, salimos a la bahía de Simpson.
MOTORA CON DUDAS BAJO EL PUENTE |
JUSTITO PERO PASO |
Con la jarcia sin acabar de arreglar decidimos hacer la
corta travesía a motor, sin mas problemas que ver pasar la costa plagada de
hoteles, playas privadas y mansiones.
SIN PRISA |
TAMBIEN SIN PRISA |
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