Páginas

26-08-2013 LA VIDA EN ZINGUICHOR

26-08 al 08-09
Zinguichor

Los días se esfuman entre grados centigrados, lluvias y compras de comestibles. 






La compañía de Pablo y Estela llega a su fin, con ellos hemos pasado unos días de interesantes conversaciones, es increíble los lazos de amistad conseguidos en tan poco tiempo, un saludo para esta magnifica e interesante pareja y esperamos os vaya todo bien, hasta la próxima amigos.
Al igual que por el día los treinta y pico grados de temperatura te deja amorfo, por las noches las tormentas nos exigen estar bien despiertos.
La noche del 26 a las tres y media de la mañana perdimos la cuenta y la conciencia de las tormentas que llegaron a pasar desde el atardecer, un stress importante.







Al día siguiente el sol que en esta aguas y por estas fechas se cuela como un inmigrante ilegal nos pone el interior del Golden a 35º y  el exterior a 43º, unido a la alta humedad hace que la mente la tengamos escondida debajo de los sobacos, terrible día de calor y de no hacer ni la absoluta nada.










Un amanecer a las seis de la mañana nos despierta un ruido de motor que no sonaba a cayuco, cuando miro por la ventanilla de estribor, veo una inmensa patrullera del ejército pasando a escasos cms, nos hacemos los dormidos y se marchan, desde luego no era hora para dar ni recibir explicaciones.
Otra mañana oímos ruidos en proa, me levanto y un enorme cayuco esta casi encima de la proa, salgo y es una avería en el fueraborda. Con unas herramientas que ni para cortarse la uñas han desmontado medio motor, unos aguantan la embarcación para no rozar nuestro casco y después de charlar un rato con ellos aparece otro cayuco que viene a rescatarle, el patrón del nuevo cayuco dice que nos cambia el Golden por los dos cayucos a lo que le respondo que no, que el saldría perdiendo y no quiero engañarle, después de unas risas se marchan y todo queda en una anecdotilla.




Con la llegada del ferry vuelven a venir españoles, esta vez un grupo de Alicante, enseguida entablamos relación y logran hacernos creer que estamos en España. Cada mañana nos vemos en Le Perroquet, cuando llegamos el unico superviviente de la noche es José Antonio, sus inquietudes seguro lo llevaran a buen destino. Las coversaciones resultan tan faciles como interesantes. Hablamos como personas normales, algo tan sencillo y que a veces resulta tan complicado. Poco a poco van apareciendo el resto, Julián un enamorado de Senegal desde que piso tierra, Silvia, una valiente que se viene a estas tierras con tres amigos, Ricardo un enamorado de las senegalesas, que a punto estuvo de costarle una boda, jeje y mas tarde Mamadu y su esposa Susana, él de la isla de Karabane y ella venezolana vienen juntos desde Alicante y  hacen de guía al resto.


Comprando el pan con Silvia
Con ellos por el hotel los días pasan volando, nosotros encantados y mi amor por fin tiene otras mujeres para hablar, le ha cambiado hasta la cara, algo que entiendo perfectamente.
Ellos que vienen con pocos dias los viven intensamente. Recorren todos los sitios interesantes para ver y comer, luego nos comentan y nosotros apuntamos nombres y direcciones. Así fue que acabamos en una hamburguesería, donde el sabor a Ketchup nos hizo recordar los frankurts de Barcelona, por las dos hamburguesas y dos cervezas, 7 euros. Con la falta de carne que llevábamos no estuvo nada mal.


En un acto de valentía nos fuimos con ellos al mercado de artesanías, una locura de vendedores artesanos, aquello era la guarida del lobo, su estrategia ya bien conocida por nosotros no cuela, y logramos salir de allí sin compra alguna, toda una proeza. Los chicos se llevan souvenirs y a muy buen precio, aunque acaban agobiados con tanta oferta de los vende-estatuillas. Lo del regateo es para grabarlo y colgarlo en youtube, madre madre que gente.




A pesar de los pesares nos sentiamos tristes por no poder comprar
Acabamos comiendo  en un restaurante muy económico, pues el plato del día costaba 1,5 euros. Eran familiares de Mamadu y el lugar era realmente acogedor. El arroz estaba acompañado de una rica carne en salsa, y nuestra falta de comer carne la íbamos solucionando.
Después de unos días a ellos les llegaba el día de marchar, y a nosotros de apagarnos, quedábamos tristes. La estancia de estos chicos había logrado sacarnos de nuestras rutinas y sobre todo poder charlar sin diferencias idiomáticas y culturales, algo que necesitábamos.
Os mandamos un abrazo y deseamos que todas vuestras ilusiones os lleven a un buen puerto en la vida, hasta otra amigos, fue un placer conoceros.
Por que aquí hemos llegado a la conclusión, que aunque hablásemos Frances, la comunicación no pasaría de lo cordial, estamos tan lejos de los problemas de estas gentes y ellos de nuestra cultura que difícilmente podríamos hablar con el suficiente conocimiento.

Un día Lorenzo apareció por Le Perroquet, a este hombre grancanario y con 80 años a sus espaldas, lo conocimos en Dakar. Es intermediario en el comercio de las gambas y langostinos, estaba mas que hecho a tratar con estas gentes. Con él también mantuvimos largas conversaciones y comimos algún día juntos, no entendíamos que hacia con su edad, aun trabajando y en aquellas tierras, te mandamos un saludo y un ojala te retires pronto.


25-8-2013 EXCURSION EN CAYUCO

25-8-2013
Excursión a las islas de Gilaporu y Afijiam

Amanece muy nublado y ante el día de cayuco que nos espera decidimos coger los chubasqueros. A las nueve estamos en Le Perroquet, Pablo y Estela ya esperan para la excursión, nos presentan a Adama que será nuestro guía, en un buen español nos comenta lo que será el día,  ya con todos dentro de la piragua comenzamos el recorrido.





Dejando el río principal nos metemos entre los manglares por un pequeño afluente, el paisaje cerrado pues estas verdaderas arboledas acuáticas no dejan ver horizonte alguno.



Después de casi una hora de recorrido por el estrecho afluente, llegamos a la isla de Gilaporou, nos llama la atención la cantidad de veleros allí fondeados, pero antes que la emoción nos desborde, Adama nos comenta que no queda nadie en ellos, los dejan allí mientras sus dueños están en Europa, los nativos del poblado se encargan de cuidarlos y limpiarlos por la módica suma de 10.000 cfa. unos 15 euros al mes, la verdad es que se veían muy cuidados, una buena opción, segura y barata de dejar el barco.



Nuestro Golden seguro le hubiera encantado venir a ver estas islas, pero nuestra miseria en cartografía y el calado de 2,2 mts nos hacia resistirnos ante tales retos.
La ruta turística continua con una casa museo que un nativo construyo, en su interior todas las paredes están decoradas con unas esculturas de arcilla, representando las escenas de las diferentes etapas de la vida cotidiana de estas gentes, todo esto era explicado por un simpático nativo, en francés,  después de cada explicación el reía y nosotros pues le acompañábamos.



La casa construida de arcilla con techo de paja, tiene dos plantas y en su interior aparte de estar muy fresco apenas había humedad.
Eso si todos salimos diciendo de allí, que el nativo que construyó la casa a lo mas flojo que le daría seria al aguardiente que aquí elaboran y según nos comentaron es bastante fuertecito, que felicidad debió de tener aquel hombre.




A partir de aquí recorrimos el poblado, los niños comos siempre perdían la calma con nuestro grumetillo, al que conseguían agobiar. Mas de una madre salía y nos decía que si le cambiábamos a Sky, por un hijo, vaya pelea con los chiquillos.






El poblado de 450 habitantes nada tiene que ver con lo hasta el momento visto, allí cultivan el arroz y el verde del paisaje parece extraterrestre, desde algunos  puntos mirábamos y parecía ser cualquier rincón asiático, Pablo y Estela que habían estado por esas tierras nos corroboraron tal opinión.





La vegetación también es exagerada, los árboles inmensos, los ceibas y baobab me tenían encantado, si de algún sitio hubiésemos de tomar energía seguramente que estos grandísimos árboles nos la concedería, claro esta que hablo sin talarlos.






Después del pequeño recorrido volvimos a la piragua y nos dirigimos a la isla de Afijiam, allí seria donde comeríamos, el lugar seguía con el tono de ese verde encendido, la vegetación no dejaba indiferente a nadie y era imposible no hacer algún comentario.





En un campamento especialmente preparado para los turistas, de forma circular y con un patio en el centro, las habitaciones formaban el circulo exterior siendo muy sencillas y por supuestisimo todas las camas con su respectiva mosquitera. Fuera en otro espacio también circular, estaba el comedor, allí sin ventanas y oyendo caer la lluvia saboreamos el plato típico, arroz con pescado, la cerveza aunque parezca increíble estaban heladas.






Después de la entretenida sobremesa con Pablo y Estela, nos recorrimos el poblado, allí faltaba muy poco para ser selva, incluso dentro del poblado la vegetación era exagerada, nos mostraron el Ceiba sagrado, solo cumplía 500 años, a este no me dejaron abrazarlo, aun así, allí que me hice una fotito, pensar que cuando Cristóbal el de las Indias, se fue de aventuras este árbol nacía, verdaderos paraísos, esperemos que los euros no logren estropearlo.


Con esta vueltecita acababa la excursión, los 20 euros que pagamos, comida incluida nos supieron a mucho, muy bonitos rincones y de espectacular belleza.




Actualmente estos poblados ya gozan de energía eléctrica y comunicación vía telefonía móvil, sus habitantes no parecen pasar miseria alguna y los pocos que vimos regalaban alegría y además sin intentar vendernos nadaaaaaaa, alucinante.